El fantasma de Yasmín

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La historia parece interesante, que bien pudo hacer sido escrita por esas mentes brillantes pero que tienen cierto tinte de enfermedad que lastima la inteligencia humana, pero contagia la mente del lector.

No se trata de ningún feminicidio, esposa infiel o hija parrandera, prostituta o estudiante o profesionista brillante en la academia y defensora de los derechos humanos, no solo de la mujer o del niño.

Es la historia que se escribe y circula en las redes sociales que invita a la credulidad, pero también impone una muy fundamentada duda en todo lo que se publica en el amplio mundo de la información: Internet.

Yasmín parece que no solo es un nombre de mujer, también tiene apellidos de sus padres, en este caso es Yasmín Bolaños López y aunque la pluma que inicia la escritura de esta historia, la describe como una “…mujer de cuerpo robusto y mirada dura, que trabajó siempre en empleos precarios…” más tarde nos lleva a un real laberinto.

Hasta ahí todo va bien, literariamente hablando y son unas cuantas líneas, pero la mancha empieza cuando se lee “…y en los últimos años ganó más de 60 millones de pesos como proveedora de la oficina de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador…”

La inferencia nos lleva a suponer estamos a punto de entrar al camino de la grilla barata de este México Nuestro, pero en el cambio párrafo, nos señala “Nació en febrero de 1988 y fue registrada por primera vez ante el IMSS en 1996. Tuvo su primer trabajo en julio de 2007, cuando aún tenía 19 años, como promotora de equipos educativos en una pequeña empresa en el Estado de México, donde ganaba salario mínimo…”

El camino regular de la historia de una persona se retoma en el texto, pero el autor, se supone es periodista en investigación, afirma que “Documentos públicos que revisé para esta columna muestran que, en los meses cuando trabajó en ese lugar, estaba embarazada de su primera hija. La dieron de baja en ese empleo poco después del nacimiento de su niña…”

El narrador de la historia real o imaginaria de Yasmín Bolaños López, reporta hasta de sus estudios “Ese mismo 2007 obtuvo un título como técnica en informática administrativa en el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos de Valle de Chalco, una escuela pública para técnicos medios en el Estado de México… Entre marzo y octubre de 2018 fue registrada ante el IMSS como oficinista de un despacho de contaduría, con un sueldo mensual de 2,800 pesos…”

Toda esta historia de Bolaños López nos lleva a temas no solo escolares sino hasta familiares y laborales, al grado que “…En la oficina de contaduría, ubicada en la colonia Agrícola Oriental de la CDMX, me dijeron que no la conocen.”  Refiriéndose al último empleo registrado.

Pero la dama en cuestión, dice la fuente, fue investigada por el INE y encontraron que había rentado en 7 mil pesos una planta de luz en el Edomex al partido Vía Radical y que estaba registrada ante el gobierno de la Ciudad de México como persona física con actividad empresarial, con el rango de “micro proveedor”.

Luego entonces Yasmín, la mujer misteriosa ¿es comerciante? “La planta de luz fue rentada para una campaña local de Cristina Cruz Cruz, pero el gasto no fue reportado a la autoridad electoral. Cruz es ahora la súper delegada de programas sociales federales en Ciudad de México.”

La transparencia no solo de la nota, sino de las autoridades, en el caso de que todo esto sea verdad, como que no es del todo traslúcida, porque deja huecos tan grandes y profundos como del tipo socavón de la autopista a Cuernavaca o de los que han aparecido en Tampico-Madero y Cd. Victoria.

Por el tema del espacio periodístico y con la idea de la lectura corta, el reporte dice que Yasmín Bolaños se supone “…firmó contrato de adjudicación directa por 3.4 millones de pesos con la presidencia de México, porque debía proveer escenario, vallas, mesas, monitores, señales de audio y video, generadores de electricidad, baños portátiles, tarimas, consolas de audio, sistema de iluminación, micrófonos profesionales y 10,000 sillas plegables para el festejo del primer año del triunfo electoral de López Obrador, un evento que se nombró como el AMLOFest, en el zócalo capitalino.”

La investigada vivía en la colonia Doctores y estaba registrada como persona de bajos recursos para recibir ayuda social de canasta básica. Desde luego que el reportero, columnista, afirma “No encontré ni allí, ni en Chalco o la Agrícola Oriental. Es decir, no se encontró domicilio particular o laboral…”, pese a que estaba registrada como proveedora del gobierno.

¿Yasmín Bolaños López es un fantasma?, porque no está registrada en redes sociales públicas, ni en registros empresariales, nadie la conoce y no hay una oficina suya registrada en ninguna parte… pero con historia escolar y familiar, quizá inventada.

En la nómina del gobierno mexicano, hay dos personas con alto rango que se apellidan Bolaños López; el particular de Marcelo Ebrard y otro es subdirector de área en la Presidencia.

¿Cuántas Yasmines hay en cuántos registros de proveedores del gobierno? Tienen nombre completo y apellidos, supongo con registro de INE, CURP y de la SHyCP.

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