No hay presupuestos para la prevención de las violencias

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Cd. Victoria, Tamaulipas.- La prevención social para contener la violencia es un tema que los gobiernos no han entendido y no han atendido, y si no se atienden los factores de riesgo y se elevan los factores protectores en la niñez y en la juventud, la inseguridad no va a aminorar mucho menos va a acabar.

Consuelo Terán Rodríguez, Especialista en Prevención del Delito y Participación Ciudadana e integrante del colectivo 50+1, quien participa en el conversatorio; la Prevención social de la violencia, expone la necesidad de presupuestos gubernamentales para trabajar en este sentido.

Puntualiza que las dificultades económicas son un punto que encamina a la delincuencia; con estos factores sicosociales se puede entender que el tema de seguridad no solo es un tema de policías, de uniformes, de armas o del Gobierno:

“Aquí es necesario que el Gobierno haga su parte y nosotros también, que fomentemos la participación ciudadana, que la familia entre, que las mujeres y los hombres participen y sobre todo que desde cualquier ámbito podamos aportar algo a la sociedad”.

Señala que no hay presupuestos gubernamentales para la contención En la búsqueda y la exigencia de presupuesto que se etiqueten para tratar los factores de riesgo y para formar contención emocional en esta sociedad

Expone que le ha tocado participar en una mesa de trabajo para identificar los factores sicosociales que motivan a una persona para delinquir:

“Se dice que el tema de la delincuencia tiene que ver con la falta de dinero pero les quiero decir que en el caso de Tamaulipas nosotros pudimos identificar como primer factor sico social la falta de afectividad; porque en una familia cuando no se forma parte de este grupo o de iglesia o de algo que los fortalezca y los haga sentir fuertes, que ahí tengan su red de protección, se viene un problema de autoestima y eso hace que una persona pueda cometer un delito”.

Dice que los entrevistados coincidían en que no sentían que en sus familias fueran queridos, por lo que buscaban otro tipo de personas para encontrarse y así caían en la delincuencia.

Otra carencia que encamina hacia el delito es no tener una figura de autoridad, vale mencionar que en otras generaciones se inculcaba el respeto a los padres, a otras personas mayores, además se impulsaba el respeto a las autoridades, al policía, al doctor, al maestro, y ahora sucede que si a un niño una maestra le llama la atención en la escuela, los papas intervienen, con esto los padres fomentan la falta de autoridad.

La falta de actividades lúdicas, para ello basta preguntarse en que se entretienen los niños y los jóvenes: televisión, Netflix, videojuegos; con ello se fomentan juegos individualistas, que hacen que ellos solo piensen en su mismos, con ello no se va a querer formar parte de un equipo, no se les enseña a convivir, a coordinar, a respetar, todo ello es necesario en una sociedad.

Asimismo no se fomenta que la preparación y el estudio, encontrar un talento y desarrollarlo es necesario:

“Se llega al grado de decir que no quiso estudiar, que no se le puede obligar y se le deja hacer lo que quiera, se les manda a trabajar en lo que sea; pero en que pueden trabajar si tienen 14, 15 o 16 años, y no tienen ninguna habilidad desarrollada en ese momento, esto hace que busquen lo más fácil”.

Marca que por lo anterior ahorita la sociedad vive ese tipo de consecuencias – violencia y delincuencia-.

Otro punto que se detecto es la presencia de ambientes delictivos, porque definitivamente el lugar en que se mueven influye en ellos siendo un detonante para la agresividad.

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