La Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconseja nuevos confinamientos rígidos y masivos ante la expansión de la pandemia del SARS-CoV-2 y apuesta por las pruebas de PCR, el rastreo de los contagios al tiempo que apela por la responsabilidad de la población ante las medidas de distanciamiento físico, higiene exhaustiva y la portabilidad de la mascarilla en aquellos países con uso obligatorio.
Cuestionada al respecto, Carissa Etienne, directora general de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) órgano de representación de la OMS en el continente americano, aseveró que hay forma de controlar la transmisión con las medidas adecuadas sin “presionar todavía más” a la economía.
“Hay que reconocer que esta pandemia representa un golpe sin precedentes para la economía y para la gente; hay que seguir las pautas adecuadas para evitar nuevos confinamientos, si se relajan las medidas pasa lo que está pasando en Europa”, dijo en rueda de prensa.
Diversos funcionarios de la OMS llevan largos días sugiriendo -sobre todo a los países europeos- evitar nuevos cierres masivos de ciudades o bien de un país entero porque está en juego una estela de mayor pobreza y la inminente quiebra de múltiples negocios y empresas.
En declaraciones de David Nabarro, debe evitarse la tentación de implementar nuevos confinamientos como “método principal”; no otra vez, ni como estrategia inmediata.
En voz del representante para Europa de la OMS, el único momento para justificar una cuarentena obligatoria “es para ganar tiempo” a fin de reorganizar, reagrupar y reequilibrar los recursos porque los trabajadores sanitarios “estén agotados” o bien los hospitales “estén desbordados”.
Queda un par de meses para el fin de año, la preocupación de cara a 2021 está enfocada en el daño económico provocado por el efecto expansivo de la pandemia y por el impacto de los cierres derivados de la primera ola; todos los organismos internacionales llaman a evitar que la segunda ola lleve a otro lockdown como medida.
La intención es que la economía mundial registre un rebote a partir del segundo trimestre de 2021, por eso el interés especial de no echar nuevamente el cerrojo.
A COLACIÓN
La OMS recomienda entrar de lleno a otoño e invierno realizando pruebas PCR de detección del coronavirus y aislando a la gente que dé positivo así como el rastreo de sus contactos para verificar su situación ante la infección; hasta la fecha, hay gente que es portadora del virus, lo contagia y no lo sabe porque no desarrolla la enfermedad.
Gracias a las aportaciones científicas de toda la comunidad global en la actualidad se sabe más del patógeno, es una ventaja, para saber cómo tratar a los pacientes.
Ya no es marzo, sino octubre, y de los 150 proyectos de vacunas y tratamientos registrados al menos diez son los más aventajados mientras Occidente espera que alguno funcione pronto.
Aunque, China y Rusia, están vacunando a diversos grupos humanos en sus respectivas naciones: el Kremlin, además de anunciar su vacuna Sputnik V el 11 de agosto pasado, ha presentado una nueva vacuna EpiVacCorona el 13 de octubre y trabaja en otra tercera inmunización.
Hasta mediados de octubre, el coronavirus ha provocado más de un millón de muertos y avanza hacia los 38 millones de infectados; ni siquiera ha infectado al 0.01% de la población global formada por 7 mil 700 millones de personas y la inmunidad que ha ido generando en diversos países apenas llega al 10% de los habitantes.
Si se toma al mes de octubre de 2019 como la referencia de los primeros contagios de SARS-CoV-2 durante los VII Juegos Militares (17-28 de octubre de 2019) en Wuhan, China, de acuerdo con lo reportado por diversas delegaciones militares participantes, se tendría que, desde entonces, cerca de 104 mil 109 personas al día se han contagiado de Covid-19 en el mundo.
Hasta el momento, la tasa de mortandad sigue siendo preliminar, por ende, no permite tener un acercamiento real al respecto de otras enfermedades que suelen matar anualmente a los seres humanos para compararla con credibilidad; pero si permanece menor a los 1.5 millones de fallecidos –en un año- significaría que anualmente mueren más personas por diarrea en el mundo que por coronavirus.
