Deporta EU a mil 741 menores mexicanos; pagaron de dos mil 500 y 7 mil dólares

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-De cada 10 que deportan, seis vuelven a cruzar.

Nuevo Laredo, Tamaulipas. Durante noviembre fueron deportados de Estados Unidos por Laredo, Texas, 192 niños, niñas y adolescentes, luego de haber cruzado la frontera por esta ciudad y ser deportados por autoridades migratorias que los entregaron al Instituto nacional de Migración (INM) y de allí al Centro de Atención a Menores Fronterizos (Camef), que depende del DIF.

Estos 192 menores forman parte de los mil 741 menores que durante este año cruzaron la frontera y fueron deportados, aunque ya habían pagado a un patero o coyote cantidades que van de los dos mil 500 a los 7 mil dólares; 44 eran de Guatemala, Honduras y El Salvador, pero fueron detectados antes de cruzar la frontera.

Pero este dinero es pagado antes de cruzar o hasta que son trasladados al otro lado del río Bravo, posiblemente en casas de seguridad, antes de continuar con el viajes pactado.

Se trata de menores de 18 años de edad que llegaron a esta ciudad desde sus lugares de origen con la finalidad de cruzar la frontera, pero la mayoría ya fueron retornados a sus lugares de origen, dijo la especialista tras mencionar que la pandemia modificó solo unos meses la ruta migratoria.

“Vemos que aumentó ya de manera considerable a 42 traslados aéreos y 186 terrestres, ya que los familiares dicen que no pueden venir a Nuevo Laredo por no tener recursos económicos para venir por sus hijos”, explicó Candelaria de los Ángeles Espinosa, responsable de Camef.

En cuanto a las causas que motivan a estos menores a dejar sus comunidades y a sus familias, dijo Espinosa que es mejorar su calidad de vida al ingresar a Estados Unidos como indocumentados al trabajar y posiblemente estudiar y buscar a familiares que viven en aquel país.

Por ello es que cada día son enviados a este lugar entre 7 y 18 menores, algunos de ellos cruzan la frontera acompañados por amigos o familiares, pero muchos de ellos tienen familiares en algún lugar de Texas y solo pocos se dirigía a otras entidades más lejanas, pero de acuerdo a la especialista, la mayoría no quiere hablar mucho, tal vez para proteger a sus familiares.

Los abandonan a su suerte

Sin embargo, debido a su condición de vulnerabilidad, algunos menores que viajan solos han sido víctimas de algún tipo de abuso durante su trayecto a esta frontera, pero lo más común es que mencionan que los vienen ‘cuidando’ pero sin hacerles daño hasta que llegan al río y los cruzan sin mayores problemas.

Son poco los que han llegado hasta San Antonio, porque la mayoría son detenidos en el ‘Check Point’, ya que la mayoría son detenidos casi cuando han cruzado el río, y algunos que logran librar la vigilancia, son detectados con algunas lesiones y golpes de tanto caminar, pero son atendidos por los agentes de la patrulla fronteriza antes de deportarlos.

Pero a pesar de que son deportados, de cada 10 seis de ellos mencionan que volverán a cruzar el río Bravo, aunque 4 son reincidentes con la idea de volver a cruzar, y lo logran a pesar de las precarias situaciones en que lo hacen, “ya que los han abandonado en la carretera, unos llegan enfermos, y a otros los dejan solos y otros más refieren que perdieron a un familiar en el camino.

“Cuando llegan aquí llegan muy lastimados, con heridas, y cuando llegan aquí se les aplica todo el procedimiento de sanitización, se les entrevista y luego pasan al área médica para evitar un contagio y prevenir a los demás”, explicó.

Una vez que se realiza el procedimiento de recepción, el personal se alista para la entrega a los familiares, que dura 15 minutos, aunque dijo que lo más tardado es cuando los familiares vienen de otros Estados a recoger a sus hijos, o cuando son trasladados desde esta ciudad a sus lugares de origen.

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