Inmunización e indecisión

Si no se forma un círculo virtuoso entre la gestión de las vacunas, la toma de decisiones gubernamentales y los programas de inmunización, la recuperación económica será menor e incluso podría alargarse más tiempo en detrimento de millones de parados que están haciendo fila en busca de ser contratados.

Hace unos meses, la expectativa de lograr una vacuna lo más rápidamente posible -sobre todo que fuera segura, eficaz y eficiente- provocaba severas dudas en la comunidad internacional.

Sin una vacuna, el propio Tedros Adhanom, titular de la Organización Mundial de la Salud (OMS) daba al traste con la vuelta a la normalidad, una que cabe reiterar no estará exenta del uso de la mascarilla.

Hemos comenzado 2021 con varias vacunas de diversos laboratorios que van siendo distribuidas con Pfizer y Biontech; Moderna y la de AstraZeneca con la Universidad de Oxford.

Digamos que hay una serie de países privilegiados por recibirlas: Reino Unido, Israel, Estados Unidos, la Unión Europea, India, Argentina, México y otros como Rusia y China que las han tenido primero que todos porque son de fabricación autóctona como ha sucedido con Sputnik V desde el 11 de agosto y un mes después con la china de Cansino con Ad5-nCoV entre otras más.

Muy bien ya están las vacunas, la recuperación económica depende de su avance, pero los planes de vacunación penden de la organización de los respectivos gobiernos y de la operatividad de sus sectores de salud públicos y también privados.

Porque en esta odisea ingente de vacunar a contrarreloj es necesario echar mano de las infraestructuras disponibles y también del personal sanitario y auxiliar para lograr las metas programáticas diarias de inmunización.

En el mejor de los casos se habla de 100 mil vacunaciones diarias, desde luego que unos países llegarán primero a cumplir con la meta de, al menos, inmunizar al 70% de su población antes de que concluya el año.

Esto es como la cuadratura del círculo, mientras la expansión del SARS-CoV-2 se ha acelerado aumentando el número de contagios y lamentablemente de fallecidos incluso expandiéndose más entre grupos etarios menores a los 50 años, las remesas de vacunas llegan semanalmente pero su puesta avanza a un ritmo lento.

Solo Reino Unido e Israel van camino de superar las dos millones de personas vacunadas; cada uno ha tomado sus decisiones, a qué grupos darles mayor prioridad además de los mayores de 70 años.

A COLACIÓN

En Israel se está inmunizando al personal sanitario, a docentes y a menores de 60 años, es más estos días ha comenzado a poner la segunda dosis de Pfizer.

Por lo contrario, en España se debate si permitir que se vacune en las farmacias en momentos en que la borrasca Filomena ha dejado a Madrid aislado además de otras partes de la región con una nevada histórica el fin de semana pasado y convertida en una helada; las vías de comunicación quedaron teñidas de blanco desde las autovías, el aeropuerto de Barajas Adolfo Suárez suspendido (por unos días) así como los trenes de larga distancia y de cercanías.

Si ya venían retrasados con la puesta de las vacunas, al rezago se le acumulan los cargamentos de viales que siguen llegando puntualmente cada semana además de las 350 mil dosis de Pfizer se añaden ahora otras 370 mil de Moderna.

Todo es organización para llegar con éxito a la meta. Hay anécdotas de todo tipo desde la falta de jeringuillas, la escasez de personal sanitario, tanto de enfermería como de auxiliares, para llevar a cabo el cometido cotidiano.

No hay que obviar, la manipulación política de la vacunación anticovid, más las indecisiones, las torpezas, las dilaciones y la falta de apoyo gubernamental para poner absolutamente todo, al alcance de que en verdad, 2021 pueda cerrarse con una mejor proyección para el futuro inmediato.

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