El nombre de Leonardo da Vinci está indiscutiblemente ligado al arte. Como pintor representante del renacimiento italiano sus obras tienen un lugar asegurado en la posteridad, a un nivel que pocos creadores llegan a alcanzar. “La Gioconda”, “La última cena”, su famoso estudio sobre las proporciones del cuerpo y otros de sus retratos forman parte del imaginario colectivo como clásicos del trazo y el pincel. Pero Da Vinci fue más que pintor, al ser una encarnación del ser humano renacentista. Polifacético, en todas las disciplinas en que se desempeñó fue talentoso: escritor, científico, botánico, músico e inventor.
Nacido un 15 de abril, en 1452, sus múltiples facetas a la vida de pintor persisten cuando se habla del autor, con ediciones de su música y de sus textos. Un lado de su vida menos promocionado es el de inventor, donde sus cuadernos fueron el espacio en el que exploró el diseño de muchas creaciones. La gran mayoría de estos inventos en el papel dan cuenta de un visionario, pues los siglos y las posibilidades tecnológicas probaron que aquello que su imaginación plasmó era factible.
• Lo que actualmente conocemos como helicóptero fue diseñado a mediados del siglo pasado. Sin embargo, en los papeles de Da Vinci encontramos el diseño de un vehículo aéreo, que se mantiene a flote mediante una hélice en espiral.
• Las medidas de seguridad al estar en los aires deben de ser muchas, pues a partir de los pocos metros de altura cualquier caída resulta mortal. Para ello, el inventor imaginó un artefacto plegable, que al extenderse aminoraría la velocidad de caída. Es lo que ahora conocemos como paracaídas.
• Al igual que andar por los aires, sumergirse durante un lapso amplio en el agua fue durante muchos siglos algo imposible. Para ello ahora contamos con trajes de buceo, algo que Da Vinci diseñó en sus libretas.
• Cielo, mar y tierra, los intentos de Da Vinci por crear artefactos para movernos no conocen distinción entre terrenos, pues realizó diseños variados. Para utilizarse a ras de suelo, Leonardo dibujó un carro autopropulsado, lo que podemos considerar como un prototipo de los actuales carros. Lo que el inventor buscaba era eliminar la fuerza bruta de los caballos u otros animales al mover los carromatos. Para ello quiso elaborar una máquina accionada por un mecanismo de resortes.
• Entre las actividades del inventor figura también la de ingeniero, que combinó con la de arquitecto. Por su experiencia pudo detectar una necesidad de perfeccionar las grúas. A él le debemos la innovación de las grúas giratorias. Esto facilitó no sólo la carga y elevación del material, como se utilizaban, sino la capacidad de mover de un lado a otro grandes bloques sin necesidad de otro artefacto.
• Los avances tecnológicos y el arsenal bélico han ido siempre de la mano. Las invenciones de Leonardo no iban a ser la excepción, pues el creador también se enfocó en innovar en este sector. Como ejemplo está su ballesta gigante, un dispositivo de 25 metros de largo.
• Los tanques de guerra no se popularizaron sino hasta los grandes conflictos bélicos del siglo XX. Siglos antes, Da Vinci plasmó la idea de un vehículo cuyos conductores estuvieran bien resguardados y que se pudiera usar en la guerra. El bosquejo de Leonardo es circular y su fin parecía ser más bien intimidatorio y no tanto como elemento de ataque.
• Pero no todos los inventos son para destruir. Da Vinci también vinculó sus otras ocupaciones con la de inventor, pues le era imposible no conectar todas las disciplinas. Como inventor exploró también la creación de instrumentos musicales, como la viola organista, que en cierto sentido es precursora del piano (inventado siglos después).
• Medir el tiempo ha sido una obsesión de los humanos, desde la prehistoria. La creación de artefactos para dividir el paso del tiempo ha tenido muchos resultados, y Da Vinci aportó uno: el reloj que inventó tuvo la particularidad de estar dividido, con dos mecanismos distintos (uno para las horas, otro para los minutos).
• La invención de máquinas siempre ha tenido a la figura humana como un referente. El antecedente de los robots son los autómatas, una tradición de invenciones a la que Leonardo se adhirió con su propia creación, un caballero que según las anotaciones podía moverse, ponerse de pie y manipular sus armas. En sus diarios Da Vinci da cuenta de una construcción de este humanoide, presentada durante una cena con Ludovico Sforza, mecenas italiano y patrocinador de Leonardo.
Fuente: informador.mx