La tierra del filósofo

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Quienes no saben que la cabecera municipal de Güemez está ubicada al centro de Tamaulipas, a 23 kilómetros de la capital del estado, sobre la carretera a la frontera con Gringolandia, además a manera de diadema, rodea al municipio de Victoria por tres principales carreteras: la Victoria- Monterrey; Victoria- Soto La Marina; y la Victoria- San Fernando.

El mito del filósofo de Güemez aparece por las investigaciones del Lic. Luis Miguel Díaz Cuán (+), por encargo del profesor y abogado Ramón Durón Ruíz (+)) y éste último, prácticamente da vida al personaje, llevándolo a escenarios mediáticos como Televisa y a periódicos impresos y digitales, amén de escenificaciones teatrales.
Para algunos el muy controvertido Filósofo de Güemez, tiene su génesis a dos personajes que se supone fueron reales cuando fueron habitantes, aunque no oriundos de estas tierras.
La identidad del filósofo es incierta, pero hay dos personas que pudieron ser quienes le dan vida: Don José Calderón Castillo y Juan Mansilla Ríos, ambos nacidos en el siglo XIX y fallecidos en el siglo XX.
El primero, Don José Calderón Castillo, (1870-1964) originario de Ciudad Victoria, desde muy joven vivió en Güemez, se casó con Altagracia Sánchez Martínez. Don José fue muy popular por la manera de ver la vida, pero su peculiar estilo para externar lo que captaba su mente, fue único.
Calderón Castillo el posible Filósofo de Güemez fue de profesión carpintero muy polifacético y dicharachero en sus expresiones; también fue músico y con agilidad armoniosa tocaba el violín, la guitarra, el bajo. Quizá su característica más notable fue su inagotable caudal de pensamientos, conciso, elemental y punzante.
Otro personaje que pudo haber sido el Filósofo de Güemez es Don Darío Guerrero, nacido en el ejido Calabacillas, del Municipio de Bustamante, Tamaulipas; a los pocos años de su nacimiento, sus padres se mudaron a Güemez. Se casó con Vicenta Lerma, con quien procreó cuatro hijos, fue un hombre de estudios mínimos, aunque de mucha inteligencia y muy dispuesto para hablar muy preciso y conciso de todos los temas del momento, con una gran lucidez mental para reforzar sus tesis con dichos y frases de la picardía mexicana.
El Filósofo de Güemez es un personaje que expone la forma lógica y sencilla del pensar de las personas humildes, característica de lo cotidiano de los pueblos del noreste del país.
La historia del ‘Filósofo de Güemez’ transita entre el mito y la leyenda, la realidad y la fantasía que a través de los años se ha ido tejiendo como una narrativa lógica y secuencial de boca en boca, de persona en persona, de pueblo en pueblo, hasta que el mismo Ramón Durón Ruiz comercializa las enseñanzas, las reflexiones, la historia del Filósofo.
Es muy difícil saber qué dijo El Filósofo de Güemez y qué le atribuyen al hombre imaginario o real, pero cuyo mito nace en el centro del Estado.
El México de hoy, en este Tamaulipas convulsivo por los aconteceres de la elección más importante de México, en este Tamaulipas que espera el coletazo presidencial por lo ¿irreverente? del gobernador y el hambre de unos cuantos por verlo caer, sobre todo no por lo que hizo, sino por lo que mediáticamente lo acusan.
Las elecciones del próximo primer domingo de junio pudieran nivelar la balanza de la justicia, no partidista, más bien saciar el hambre de justicia popular que los ciudadanos de hoy reclaman a manera de grito muy silencioso, del grito inaudiblemente miedoso… el grito de la esperanza.
El grito de acciones que entregan los gobiernos como el de Güemez, cuyos habitantes reciben hasta dos veces al día platillos de alimentos para los adultos mayores a las puertas de su propio domicilio.
El grito de salud, cuando una brigada médica mensual, toca a las puertas del ciudadano de la tercera edad para el chequeo médico en casa, la consulta del psicólogo y la asistencia de los trabajadores sociales que orientan lo mismo en nutrición, que en asistencia laboral o productiva.
Ésos son los gobiernos que se necesitan, esas son las autoridades que requieren los ciudadanos que votamos, esos son los programas que buscamos se queden y amplíen en beneficio de los más vulnerables.
La reelección del Alcalde de Güemez es segura, porque el Prof. Luis Lauro Reyes Rodríguez, hijo de la Normal de San José de las Flores, sigue viendo por su gente, sigue velando por el bienestar no solo de los oriundos de este municipio, sino de todos los que han decidido avecindarse en esta próspera tierra del Filósofo, fundada por José de Escandón, Conde de Sierra Gorda, el 1o. de enero de 1749.
El Restaurante, La Palapa de Güemez, del Profr. Jerjes Rodríguez Zárate (+), fue la primera expresión pública que en pequeños cuadros colgados de las paredes tenía frases del filósofo de Güemez, como: “Quien tenga perros, que los amarre y quién no, pues no… Si no llegó, es porque no vino… No te metas con nadie, para que nadie te la meta… Todo lo que sube tiende a bajar, a menos que se quede arriba… Lo que de aquí pa’llá es subida, de allá pa’cá es bajada… El uno siempre va antes del dos, pero en el veintiuno, se fregó el uno…”

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