En el debut del Tricolor en la Copa Oro 2021 se confirmó. Fueron minutos de mucha angustia. En cuanto Hirving Lozano quedó tendido, ensangrentado y noqueado, tras haber chocado contra el portero de Trinidad y Tobago, Marvin Phillip, de inmediato llegaron recuerdos amargos a la mente de todos. El Chucky no ha sido el primero en sufrirlo. Antes fue Luis Montes, previo a la Copa del Mundo en Brasil 2014 y cuatro años después, Néstor Araujo sufrió la misma y lamentable suerte antes de Rusia 2018. Ambos jugadores quedaron fuera de la justa mundialista y ahora el jugador del Napoli no podrá seguir en la competición de selecciones de la Concacaf, ya que requerirá varias semanas de recuperación.
Uno de los inmuebles más emblemáticos en Estados Unidos está maldito, ya se ha llevado varias víctimas nacionales y otros han encendido las alarmas como Diego Reyes y Héctor Moreno. Lo que es un hecho es que este estadio le ha cobrado varias a México, varios han caído como vaqueros abatidos, sin aparente justificación de ello.
El inicio de la maldición comenzó en mayo del 2014, previo al arranque del Mundial de Brasil. El equipo dirigido en ese entonces por Miguel Herrera pactó un juego de preparación contra Ecuador, el cual salió bastante caro.
Luis Montes sufrió una escalofriante fractura de tibia y peroné, tras chocar con Segundo Castillo, lo cual lo dejó fuera de la Copa. El sueño del jugador de León se quebró. La imagen que captó las cámaras de televisión fue desgarradora, con un lamento muy grande del Chapito.
«El primer día que me lesioné solamente quería ver a mi esposa y me desahogué con ella; al siguiente día le dije que ya no podía hacer nada porque si me pongo a llorar no me voy a curar, lo hecho hecho está», dijo en entrevista con el club esmeralda años después del lamentable suceso.
La segunda víctima del estadio fue el defensa central mexicano. En mayo del 2018, previo al Mundial de Rusia, los dirigidos por el técnico Juan Carlos Osorio sostuvieron un amistoso contra Croacia. Apenas al minuto 14 del primer tiempo, el jugador de Santos Laguna en ese momento, se barrió e intentó bloquear un disparo del delantero Ante Rebic, pero tuvo una mala fortuna, debido a que la pierna izquierda se atoró en la de su rival, lo que ocasionó un movimiento de palanca que afectó la rodilla, lo cual lo dejó fuera de la convocatoria final.
«Seguiré trabajando, trataré de ser ese Néstor que va a dar todo en cada partido. Me voy a recuperar y regresaré mejor mentalmente; estas cosas que pasan te fortalecen y así será en mi caso», expresó el jugador algunos días después. Y lo logró, hasta ahora ser jugador del Celta de Vigo.
Previo a la Copa Oro de hace un par de años, Héctor Moreno prendió las alarmas en el AT&T Stadium. El defensa Héctor Moreno no pudo terminar el duelo amistoso contra Ecuador, debido a que presentó molestias físicas en el campo que tanto ha afectado a los jugadores de nuestro país. El surgido en los Pumas de la UNAM intentó despejar una pelota, se tiró al césped por el dolor y llamó al cuerpo médico del Tricolor. Luego de ser revisado por algunos minutos, el zaguero fue incapaz de seguir, salió del terreno de juego y fue sustituido por Carlos Salcedo. «Creo que hay grandes chances de que se quede fuera de la Copa Oro”, sostuvo el entrenador del Tricolor, Gerardo Martino, en conferencia de prensa después del cotejo. Sin embargo el jugador pudo recuperarse y alzó el trofeo algunas semanas después.
La mas reciente víctima fue el Chucky Lozano en el debut de la Selección Mexicana en la Copa Oro de este año. El atacante Tricolor realizó una gran pared con Rogelio Funes Mori, que lo dejó en posición de remate, sin embargo, el defensor trinitense Alvin Jones lo empujó por detrás, perdió la estabilidad y chocó de frente y a gran velocidad con las rodillas del portero Marvin Phillip. El del Napoli perdió el conocimiento, se quedó tumbado en el campo, mientras el cuerpo médico lo intentaba reanimar y los jugadores tricolores reclamaban la violenta acción del rival centroamericano. Lozano no pudo continuar y fue trasladado a un hospital, donde se le tuvo que suturar la herida, aún con pronóstico reservado, pero sin oportunidad de seguir en la competición.
La lesión de Lozano no es la primera que han provocado los de Trinidad y Tobago. La más recordada fue el 8 de octubre del 2000, en eliminatorias mundialistas y el Coloso de Santa Úrsula como testigo principal. Cuauhtémoc Blanco vivía uno de sus mejores momentos de su carrera, en el Valladolid de España, pero una criminal entrada del defensor Ancil Elcock, le rompió los ligamentos, que lo dejó varios meses sin jugar.
«Lo sufrí muchísimo. Bajé de peso. No quería que fuera mi familia porque estaba muy mal. Con el doctor del América me rehabilité bien aquí; creo que ese fue de los temas más dolorosos. Me la pasé llorando un mes», expresó el emblemático jugador hace algunos años, ya con el tema completamente superado, pero que en su momento sufrió como ningún otro.
Rubén Beristáin
Foto: Especial
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