Cd. Victoria, Tamaulipas.- Este domingo, debe ser en teoría una fecha para celebrar y para reflexionar ya que al conmemorarse el Día del adulto; pero para este sector poblacional lo que pesa es el olvido, la indiferencia familiar, incluso el maltrato; situación que llama a una toma de conciencia colectiva para que los abuelos recuperen la figura pérdida dentro de la familia y la sociedad:
“Hoy que es su día., es buena fecha para que los abuelos retomen el lugar que nunca debieron perder en la familia,que se les respete, que se les escuche, se les respete, se les quiera y que se les atienda”.
Al señalar lo anterior el sicoterapeuta Luis Humberto Garza Vázquez hace un llamado para que los abuelos no sean ya más los seres invisibles que están en el último rincón de la casa, sino que su figura sea punto de reflexión, de respeto:
“Dice el dicho que como te ves me vi…y como me veo te veras….y nada es más cierto, por eso debemos de reflexionar sobre los abuelos, porque el trato que les demos será el que en un futuro nosotros vamos a recibir”.
El llamado Día del abuelo es tiempo propicio para ver una realidad que llama a la atención colectiva en cuanto a impulsar y apoyar la cultura del envejecimiento.
Desde esta prospectiva dice que, si bien es cierto que los adultos mayores son uno de los sectores poblacionales más vulnerables en todos los sentidos, ya que no escapan al maltrato, el abandono y la indiferencia en ocasiones de su propia familia; sin embargo, se debe contribuir a cambiar el panorama a través de la incorporación de los adultos mayores a la vida cotidiana.
“Todos a nivel sociedad debemos difundir entre la familia, una cultura de respeto y valor de los abuelitos, con nuestros hijos, con nuestros nietos, que crezcan valorando al abuelo, porque todo apunta a que vamos a ser un país de viejos”
Asimismo, Luis Humberto Garza Vázquez considera que llegar a viejo es una bendición no una maldición:
-La vejez no siempre es sinónimo de tristeza y abandono, porque cuando los años se acumulan es tiempo de darle entrada a otra manera de ver la vida, lo que a veces sucede es que no sabemos envejecer, porque más allá de los achaques, hay que sacarle también jugo a la experiencia, y eso depende de nosotros mismos, de no dejarnos achicopalar, de pensar que la vida se acaba a los 60, hay que entender que es otra etapa que hay que aprender a vivir”.