Cd. Victoria, Tamaulipas.- Exponiendo que hay un incremento acelerado de los índices de violencia en la sociedad, misma que tiene sus raíces en la pérdida de valores éticos, como lo es el respeto y la dignidad humana, e incluso, a la naturalización de la violencia en todos los ámbitos de la vida, incluido el maltrato animal, la Diputada local, Patricia Pimentel llama a educar en el respeto a los animales a niños y adolescentes.
Afirma que se ha demostrado que existe una relación importante del maltrato animal con la reproducción de conductas violentas en nuestra sociedad.
Hace referencia a la Declaración Universal de los Derechos de los Animales consagra que todos los animales tienen derecho a ser respetados, así como a ser atendidos, cuidados y protegidos por las personas, además de no ser sometidos a malos tratos ni a actos de crueldad.
Menciona que todo animal perteneciente a una especie salvaje tiene derecho a vivir libre en su propio ambiente natural, terrestre, aéreo o acuático y a reproducirse, y que incluso si la privación de la libertad de aquellas especies es con fines educativos, esta también es contraria a este derecho.
Marca que la Declaración Universal de los Derechos de los Animales es muy específica al mencionar que todo animal que el hombre haya escogido como compañero tiene derecho a que la duración de su vida sea conforme a su longevidad natural; destacando que el abandono de un animal es considerado como un acto cruel y degradante.
En este sentido, se considera como maltrato animal todo hecho, acto u omisión negligente que pueda ocasionar dolor, estrés o sufrimiento, además de que ponga en peligro la vida del animal o que afecten gravemente su salud, así como la sobre explotación de su trabajo:
“Desgraciadamente, muchas personas consideran a los animales como objetos sin capacidad de sentir, razón por la cual son sobreexplotados con fines de alimentación, experimentación, lucro, etc., causándole su sufrimiento, lo que en muchas ocasiones provoca que sean violentados por placer o por simple gusto, dejando fuera toda consideración como seres vivos”.
Agrega que la violencia familiar generalmente va dirigida hacia los más débiles, como las personas adultas mayores, las mujeres, las niñas y los niños y los animales de compañía minimizándose, en muchas ocasiones, el maltrato hacia éstos últimos, al tolerarse y verse como algo sin importancia.
Sostiene que sin duda alguna, los animales también merecen respeto y la convivencia con ellos permite enseñar a las y los niños valores como la responsabilidad, la compasión y el amor a todas las especies, por lo que las madres y los padres son una pieza clave para la prevención del maltrato animal y para evitar la presencia de una violencia social.
