Nuevo Laredo, Tamaulipas.- Aunque la mayoría ya se encuentra en refugios de Monterrey y otras ciudades cercanas a esta frontera, 110 haitianos permanecen el refugio Flores Méndez en espera de estar en la lista de 25 que solicita cada 10 días el Servicio de Inmigración de Estados Unidos para recibir sus peticiones de asilo, informó José Luis Flores, titular de este refugio ubicado sobre la calle Canales, en el sector aduana de esta ciudad.
La mitad de ellos son mujeres con hijos pequeños que se quedaron a esperar en este lugar el tan ansiado permiso, ya que los que se fueron retornaron para trabajar y seguir rentando viviendas, y evitar estar en las calles en condiciones insalubres y de hacinamiento.
“La gente ya se estaba quejando mucho en las calles porque tiene un solo propósito que quieren cumplir sin hacerle caso a la sociedad”, explicó.
La entrevista se desarrolló mientras una docena de haitianos escuchaba las recomendaciones de José Luis, de cómo portarse dentro el refugio, y sus obligaciones mientras se encuentren en este lugar, y todo bajo un sol calcinante y una temperatura cercana a los 45 grados centígrados, un calor que ni estas personas soportaban, pese a vivir bajo esas condiciones en su país.
Dijo Flores que los 10 albergues que hay en la ciudad se encuentran llenos, y migración de Estados Unidos no les llama más que a unos cuantos, por lo que la salida de migrantes rumbo al puente internacional bajó mucho, y eso hace que los refugios permanezcan saturados.
Sin embargo, aunque ya son menos, pequeños grupos de hombres y mujeres con niños se ven deambulando por las calles, de albergue en albergue buscando un lugar donde quedarse, pero les niegan el acceso porque ya no hay cupo en ninguno.
Pero pese a todo sigue llegando haitianos en pequeños grupos, solos o con familia, y no hacen caso de que yo vengan a la ciudad porque no hay lugar donde se puedan quedar”, explicó.
“Yo ya no estoy recibiendo a nadie, pero son todos los que llegaron desde el inicio, y llegué a tener hasta 150, pero desde hace 15 días que comenzaron a llevárselos a Monterrey”, reiteró.
En un rápido recorrido por este lugar se vio que unos improvisados techos de madera y frágiles lonas apenas les cubren del intenso sol que al medio día templa la temperatura a 45 grados centígrados, y fue mediante un acuerdo con las autoridades municipales como este refugio puede solventar las necesidades de estas personas, de otro modo, dijo Flores, no podría hacerlo.
