La ausencia del candidato de Morena al segundo debate celebrado el domingo, al que solo asistieron los candidatos de la Alianza ‘Va por Tamaulipas’, Cesar Augusto Verástegui Ostos, y el candidato de Movimiento Ciudadano, Arturo Diez, ha sido motivo de críticas, señalamientos, acusaciones, frustraciones y hasta desaliento de sus detractores y también de sus seguidores, por haber sido tan derrotista, débil, miedoso y hasta medroso al no haber aceptado participar en dicha confrontación de ideas y de proyectos para un mejor Tamaulipas.
Así es estimados lectores, el que Américo Villarreal haya decidido no participar en este tan importante debate organizado por un organismo imparcial, autónomo, profesional y maduro en la organización de este tipo de eventos, habla muy mal de un personaje que quiere gobernar una entidad con grandes problemas que sólo alguien con actitud y determinación podrá darles solución.
Pero la actitud tan pusilánime e infantil de Américo Villarreal solo da a entender dos cosas; que tuvo miedo de que sus opositores lo siguieran cuestionando sobre toda esa maraña de corrupción que lo envuelve a él y a su hijo, así como sus presuntas relaciones con el narcotráfico, cuestionamientos que no habría podido rebatir porque no cuenta con argumentos ni elementos de juicio suficientes, como para negarlos.
La otra cosa por la que decidió no participar en el debate, es porque debe saber que todos esos señalamientos y acusaciones que han dado a conocer autoridades y diarios importantes tanto en Estados Unidos como en Europa, pueden ser ciertos, razón por la que cuentan él y su hijo con sendos amparos que por el momento impiden a las autoridades detenerlos, y porque ante las autoridades son presuntos culpables, aunque ante su partido y sus seguidores sean presuntos inocentes, lo que Américo deberá comprobar a cabalidad o aceptar su responsabilidad ante las autoridades correspondientes.
La actitud tan deshonesta y poco profesional del candidato de Morena no solo lo deja muy mal parado ante la opinión pública y ante un electorado ávido de participar el próximo 5 de junio, sino que deja un vacío de credibilidad muy importante al interior de su partido Morena, razón por la que el CEN de ese instituto político se ve en la necesidad de arroparlo para evitar que su ya endeble personalidad política se termine por desquebrajar por completo, y anticipe por adelantado lo que tanto teme.
Un político que no soporta las críticas y que teme al debate de ideas en un foro público no merece ni siquiera aspirar a ser gobernador, porque sería un gobernante sin actitud ante la toma de decisiones y soluciones, ya que un personaje que no deja su zona de confort, y da declaraciones al mismo tiempo que Verástegui y Arturo debatían y confrontaban sus ideas en un foro público, se escuda en el manto de lo inverosímil.
La comodidad y el confort son para los perdedores, el debate es para quienes aspiran a ganar. Quienes evaden una responsabilidad no tienen una segunda oportunidad, y quienes se arriesgan aunque no obtengan una victoria, serán reconocidos por su temple, y por eso la mejor defensa es el ataque, el discernir ideas, el confrontar proyectos, el discutir el futuro de Tamaulipas y promover soluciones posibles.
Un caso extraño ocurrió este lunes en Reynosa. Sucede que de manera imprevista el presidente municipal de ese municipio, Carlos Peña, solicitó ante su cabildo licencia para separarse de su cargo como primera autoridad, y aunque no se sabe a ciencia cierta el motivo de tal decisión, se menciona que se debe a motivos personales, o también a una posible situación de tipo judicial que le obligó a separarse del cargo para atender una de ambas especulaciones.
Curiosamente en Nuevo Laredo la presidenta municipal Carmen Lilia Canturosas tiene una similitud con Carlos Peña, y aunque no se presuma que pueda separarse del cargo mediante una licencia, se rumora que existe un posible mandamiento judicial que pudiera orillarla a tomar esa decisión. No lo sabemos y no se menciona aún nada al respecto porque sigue gobernando esta conflictiva ciudad.
Por cierto, la mañana de ayer un grupo de habitantes de algunas colonias del poniente acudieron a la presidencia municipal con cartulinas y mantas en apoyo a Carmen Lilia; acu dieron antes de las 8 de la mañana porque mencionaron, les habían dado la instrucción de hacerlo, servidores públicos que fueron hasta sus hogares a decirles que se presentaran, aunque se ignora bajo que argumentos.
Pero lo cierto es que al indagar entere algunos, resulta que muchos no sabían a lo que iban, y que tenían varias horas en espera de que algún funcionario los atendiera luego de más de cuatro horas de esperar sin saber los motivos de dicha espera.
La verdad no se vale jugar con las necesidades de las personas, y menos cuando existe una profunda crisis económica que obliga a muchos a aceptar lo poco que se les ofrece. Estas personas que habitan colonias del poniente necesitan servicios como agua potable en sus casas, energía eléctrica para soportar este infernal calor, calles pavimentadas, programas de apoyo y no dádivas, que motiven un mejor nivel de vida. Sus hijos necesitan una mejor educación y no paliativos clientelares, sus padres requieren de trabajos con salarios con los que puedan alimentar a sus familias, y mejores espacios para la convivencia familiar, porque la pobreza no es la ausencia de riqueza, sino la falta de oportunidades para tener una vida más digna.
