Sin alimentos empeorará la situación

David Beasley, titular del Programa Mundial de Alimentos, declaró recientemente que el desastre ya se veía venir dado que Ucrania tiene un rol preponderante en la distribución de cereales y de otras materias primas.

“Cuando una nación que es el granero del mundo se convierte en una nación con la línea de pan más larga del mundo, sabemos que tenemos un problema. Incluso antes de que estallara la crisis de Ucrania, el mundo ya se enfrentaba a una tormenta perfecta: el número de personas que marchan hacia la inanición se ha disparado de 80 millones a 323 millones, con 49 millones en riesgo de hambruna en 43 países”, lamentó.

Beasley cree que la falta de insumos alimenticios traerá consecuencias impredecibles en muchos países y volvió a reiterar que el conflicto bélico debe terminar lo más pronto posible.

¿Cuál es el principal problema? Beasley señala que el mayor riesgo viene por los elevados precios de las materias primas hay muchos alimentos con precios disparados; pero a partir de 2023, el mayor problema será su escasez, su falta de disponibilidad.

“Cuando un país como Ucrania que proporciona alimentos a 400 millones de personas, queda fuera del mercado, se genera volatilidad en el mercado. Cuando los precios se salieron de control en 2007 y 2008 hubo disturbios y protestas en más de 40 países; con esta crisis ya hay protestas en Sri Lanka, Indonesia, Pakistán, Perú, Burkina Faso, Malí y Chad. Y vendrán más”, advirtió.

La guerra de Ucrania está ya en todos los bolsillos, en las mesas de los hogares y en cada factura de la luz y de la gasolina. En la opinión de Beasley no abrir los puertos en la región de Odesa es una declaración de guerra a la seguridad alimentaria mundial y desatará hambrunas, desestabilización y migraciones masivas en todo el mundo.

En España, los ganaderos denuncian que alimentar cada animal les cuesta 400 euros de pienso, más del doble que antes de la invasión a Ucrania el pasado 24 de febrero.

Sara Menker, fundadora de Gro Intelligence, comenta que la falta de fertilizantes, las alteraciones climáticas, los inventarios con escasez de aceite de cocina y de falta de granos darán al traste con décadas de progreso.

“Además, las condiciones de sequía para el trigo son las peores en más de veinte años; incluso los principales graneros, como Estados Unidos y Brasil, también están experimentando sequías extremas”, refiere la experta.

Los productores buscan alternativas ante la falta de aceite de girasol, Ucrania es el principal productor y exportador. Aquí en España está rescatándose el aceite de colza. Algunos países como Túnez ya están limitando el aceite, arroz, harina y azúcar por persona.

A COLACIÓN

Reino Unido analiza enviar barcos hacia el Azov y el Mar Negro, para escoltar a los cargueros ucranios a fin de que puedan reiniciar sus exportaciones. El problema es que el mar está minado además de la fuerte presencia de barcos militares rusos.

También la Casa Blanca intenta una fórmula para que las exportaciones ucranias fluyan sin más dilación y desde Kiev, el presidente Zelenski propone utilizar la red ferroviaria; una opción que los propios agricultores ven como costosísima porque de media pagan 50 euros por palet de grano en un barco y por tren el costo sería siete veces superior. Algo incosteable.

Anthony Blinken, secretario de Estado de EU, denuncia la estrategia del Kremlin de “un flagrante desprecio” a la resolución 2417 (2018) del Consejo de Seguridad y que condena el hambre de los civiles como una herramienta de guerra.

“Desde el 24 de febrero, las operaciones navales rusas han mostrado la intención de bloquear los puertos ucranianos, mientras que en tierra el ejército está destruyendo las instalaciones de almacenamiento de granos de Ucrania y robando los suministros de alimentos”, puntualizó.

Las estimaciones del Banco Mundial hablan de 20 millones de toneladas de granos atascadas en los silos ucranios; tres meses, seis meses o doce meses más sin estar en el mercado tendrían un efecto nocivo.

En este sentido, Vassily Nebenzia, embajador de la Federación de Rusia, ante la ONU, negó que su país “quiera matar de hambre” a la gente y puntualizó que las amenazas de una crisis alimentaria global vienen de tiempo atrás. La realidad es que el conflicto bélico y las sanciones han exacerbado todos los males.

(Visited 1 times, 1 visits today)