Las ondas electromagnéticas han existido desde el comienzo del Universo y están por todos lados, por ejemplo, el cerebro hace uso de estos campos electromagnéticos para tener comunicación entre las células y generar las reacciones bioquímicas que necesitamos para sobrevivir.
“Los campos eléctricos y magnéticos forman parte del espectro electromagnético, que abarca desde campos eléctricos y magnéticos estáticos a los rayos X, pasando por las radiofrecuencias y los rayos infrarrojos”, explica la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
El problema es que, las radiaciones que producen nuestros celulares, antenas de telefonía, antenas de radiocomunicación, los módem del wifi, entre otros equipos, como cableado de energía eléctrica genera una exposición excesiva a estos campos electromagnéticos, es decir, contaminación electromagnética o electropolución.
¿Qué es la contaminación electromagnética?
Los aparatos que requieren de un cableado de energía eléctrica producen radiaciones. Y cada vez el espectro radioeléctrico está más concurrido, por ejemplo, con la televisión, el radio, los satélites, las microondas y cada vez más equipos inteligentes.
De acuerdo con la Semarnat, la exposición constante y desmedida a la radiación ha generado diversos debates acerca de los riesgos que podría tener a la salud humana, por ejemplo, si los campos electromagnéticos lo suficientemente altos pueden alterar el ADN (ácido desoxirribonucleico) y si este es dañado y se reproduce, podría producir cáncer.
La buena noticia es la Organización Mundial de la Salud (OMS) concluyó que los niveles de exposición a radiofrecuencias de las estaciones de base y las redes inalámbricas son tan bajos que los aumentos de temperatura son insignificantes y no afectan a la salud de las personas.
Los celulares son transmisores de radiofrecuencias de baja potencia y funcionan en un intervalo de frecuencias de entre 450 y 2700 MHz y tienen un pico de potencia que va de 0,1 a 2 vatios, por esta razón, los campos electromagnéticos que usa no pueden alterar nuestro ADN.
Una persona que utiliza el teléfono móvil a una distancia de entre 30 y 40 centímetros de su cuerpo – por ejemplo, al escribir mensajes de texto, navegar por Internet – estará mucho menos expuesta a campos de radiofrecuencia que quienes lo utilizan acercando el aparato a su cabeza, de acuerdo a un estudio de la OMS.
Recomendaciones para reducir la contaminación electromagnética
Debido a que cada vez hay nuevos aparatos inteligentes, las investigaciones continúan y las diferentes instancias de salud recomiendan, lo siguiente:
- Pon tu celular en modo avión cuando se pueda, sobre todo por la noche
- No abuses de los auriculares y otros aparatos inalámbricos
- No pongas lavadoras, microondas y otros aparatos electrónicos cerca de las habitaciones
- No uses el móvil cerca de los bebés y los niños
- Apaga por completo los aparatos después de usarlos, no uses el modo suspender
- Comprueba que la instalación eléctrica no emita más radiaciones de lo estrictamente necesario y que las tomas de tierra funcionen correctamente
Fuente: tecreview.tec.mx