Tradicionalmente, la enseñanza se basaba en la repetición y memorización, hoy se sabe que así solo se retiene información a corto plazo. Ahora, se plantean nuevas técnicas de estudio y estrategias de aprendizaje.

Es decir, nuevos enfoques de estrategias de estudio y enseñanza más eficientes, basadas en las áreas del cerebro involucradas en las emociones, en la experiencia de los individuos y en los ocho tipos de inteligencias que plantea Howard Gardner.

“Antes el enfoque priorizaba la inteligencia lógico-matemática y la lingüística, con elementos de razonamiento lógico, resolución de problemas y memorización”, explica Eva López, maestra en investigación educativa.

Técnicas de estudio y estrategias de aprendizaje

Nuestro cerebro en la edad adulta tiene más de 200 millones de neuronas. En el año 2010 se descubrió que hay uniones entre neuronas y, conforme aprendemos de manera más significativa, éstas se quedan adheridas a largo plazo. De esta manera, podemos tener memoria a largo plazo.

“Conforme estudiamos de manera más dinámica y ejercitamos el cerebro por medio de interés, emociones, de hacer lo que nos gusta y de perseverancia, estas neuronas se siguen activando y hay una plasticidad cerebral que nos permite seguir aprendiendo. Ahora sabemos que el aprendizaje se desarrolla en cualquier momento de la vida”, explica López.

A esta plasticidad neuronal, la estudiante del doctorado en educación por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), añade las posturas de Lev Semiónovich Vygotsky, quien explica que aprendemos a partir de la experiencia de cada persona, del biólogo Humberto Maturana, que sostiene que el cerebro aprende a partir de la emoción y del psicólogo Howard Gardner, quien describe ocho tipos de inteligencias, que las personas usamos varias de ellas a la vez y aprendemos de diferentes maneras.

“Me gusta integrar a estos autores porque es una visión más completa de cómo aprendemos y cómo todo está correlacionado”, comenta.

Isis Villanueva, estudiante del doctorado en educación por la UAEM, también apoya la teoría del aprendizaje significativo, propuesta por David Ausubel.

Este pedagogo y psicólogo estadounidense plantea que las personas generamos conceptos o construimos nuestro conocimiento generando asociaciones entre lo que ya sabemos y los conocimientos nuevos.

“Estas nuevas experiencias nos permiten ampliar lo que hemos construido o reestructurar lo que creíamos que conocíamos sobre cierto fenómeno o situación”, dice.

En los años 90 del siglo pasado, se describen los cuatro pilares de la educación de Jacques Delors y que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) impulsa: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser.

“Así podemos pensar y hacer una educación integral”, añade Eva López y comparte sus estrategias:

  1. Puede parecer obvio, pero hay que estar bien hidratados porque el agua ayuda a oxigenar el cerebro
  2. A partir de la pandemia y en lo que se restablecen las clases presenciales recomienda elegir un lugar cómodo, ventilado y bien iluminado para estudiar
  3. Hacer pausas después de un periodo de estar estudiando. Levantarse y activar el cuerpo
  4. Hacer círculos de estudio entre compañeros de la misma materia para resignificar la emoción hacia una materia que nos puede mantener bloqueados por un prejuicio.

Y  a ti, ¿qué te funciona?

Hay un elemento de autoconocimiento: ¿cómo me es más fácil procesar la información nueva?

La respuesta es: al gusto. Cuando tu inteligencia es muy musical y cinestésica, las canciones en movimiento te serán útiles, por ejemplo, para aprender la tabla periódica.

Hay que identificar su origen y resignificar: ¿de qué manera me va a servir ese conocimiento para mi futuro? Si quiero estudiar una carrera científica y tengo un bloqueo hacia las matemáticas, pensar que serán parte de esa formación, además de que me serán vitales para obtener nuevos datos científicos.

Otra estrategia es que los docentes, antes de ver un nuevo tema y nuevos conceptos –por ejemplo, sobre valores–, pregunten a los estudiantes sobre algo relacionado con su experiencia personal y así conjuntarlo con el contenido.

De lo contrario, puede ser tan abstracto que los alumnos solo lo memorizarán y no lo entenderán realmente.

Isis Villanueva propone dos herramientas fundamentales en cualquier nivel educativo:

  • Tomar notas de manera estructurada

No solo es útil cuando estamos tomando clases sino cuando vemos un video, leemos un texto, consultamos algún material o escuchamos una conferencia.

Hay que hacer notas con las ideas principales del expositor, hacer una columna a la izquierda donde se anoten reflexiones, preguntas o ideas secundarias y destinar un espacio con un resumen para tener una idea general.

“Retomar la información que es relevante para el proceso formativo nos permite reflexionar sobre aquello que estamos anotando, plantearnos preguntas sobre cómo se relacionan los conceptos que estoy adquiriendo con los que ya conozco y formular si hay inconsistencias del orador o la persona con la que estoy dialogando”.

Los estudiantes suelen hacer anotaciones al aire, escriben ciertas palabrashacen ciertos rayones, pero cuando lo vuelven a consultar no encuentran sentido.

Hay que procurar los apuntes tenga lógica y coherencia y que nos haga sentido cuando la volvamos a leer.

  • Elaborar mapas conceptuales

Suelen utilizarse para exponer un tema, sin embargo, su gran valor está en el proceso de construcción de dicho mapa.

Esta técnica nos permite ir construyendo diferentes proposiciones, es decir, generar enunciados verdaderos respecto a la información.

En el proceso se reflexiona sobre aquello que se está escribiendo y la persona se pregunta si está comprendiendo aquello que leyó, proceso conocido como confrontación del conocimiento.

¿Qué pasa? Cuando escuchamos un discurso y lo repetimos creemos que estamos aprendiendo, pero solamente estamos reiterando aquello que escuchamos o leímos.

En principio, se debe colocar solo una pregunta de enfoque sobre la que vamos a ir incluyendo conceptos relacionados con la pregunta principal.

Cada uno de los conceptos está unido a su vez por una palabra de enlace que es la que le da coherencia al enunciado que se forma en el primer concepto y en el segundo.

El enunciado o la proposición que surge entre el primer concepto y el segundo debe ser lógico, coherente y verdadero, y es donde nos encontramos frente a una confrontación y evaluación del conocimiento.

Esta serie de cuestionamientos nos dirigen a estructurar nuestro pensamiento y lenguaje de tal manera que tengamos que explicar de manera sencilla la relación entre cada uno de los conceptos.

Además, el acto no es tan fácil e implica volver a leer con más paciencia y tal vez sea necesario plantear nuevas preguntas al profesor para llegar a un estado de comprensión mayor.

Fuente: tecreview.tec.mx

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