En el corazón de Pátzcuaro, Michoacán, un hallazgo ha capturado la atención de la comunidad arqueológica y del público en general: una imponente escultura de un Chac Mool, esculpida con detallada maestría en basalto. Este descubrimiento, realizado en medio de una obra de construcción, ha desatado una ola de interrogantes sobre los secretos que esta antigua figura puede estar guardando.
Aunque los Chac Mool son comunes en sitios prehispánicos como Chichén Itzá o Tula, encontrar uno en el occidente de México, y especialmente en Pátzcuaro, es un acontecimiento sin precedentes. Las características únicas de esta pieza, junto con su ubicación inusual, sugieren una historia rica y tal vez desconocida que espera ser desentrañada.
La belleza y el misterio que rodean a este Chac Mool recién descubierto han llevado a muchos a especular sobre su origen, propósito y las ceremonias que pudo haber presenciado. Con cada foto que se revela, la curiosidad crece, impulsando a investigadores y aficionados por igual a sumergirse en el enigma de esta pieza prehispánica y los secretos que aún espera compartir.
¿Cómo encontraron el Chac Mool?
En un sorprendente giro, especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han descubierto una escultura prehispánica de un Chac Mool, en medio de una obra de construcción realizada en Pátzcuaro. Esta relevante pieza, tallada en basalto y con dimensiones de 90 centímetros de largo y 80 de alto, ha sido fechada preliminarmente al periodo Posclásico Tardío (1350-1521 d.C.), marcando una etapa crucial en la historia de la región.
¿Qué es un Chac Mool?
Las representaciones de Chac Mool se caracterizan por ser figuras masculinas, generalmente reclinadas sobre sus espaldas con sus cabezas volteadas hacia un lado. Estas esculturas, conocidas en lengua maya como “chacmool”, desempeñaron un papel ritual en la Mesoamérica prehispánica. Se cree que eran utilizadas en ceremonias de sacrificio y ofrenda. A lo largo del tiempo, han sido identificadas en sitios relevantes como Tula (Hidalgo), Chichén Itzá (Yucatán) y el Templo Mayor (Ciudad de México).
El hallazgo es especialmente significativo dado el raro descubrimiento de piezas precolombinas de este tamaño en el occidente de México. De acuerdo con el arqueólogo José Luis Punzo Díaz, del Centro INAH Michoacán, este Chac Mool es el primero que se descubre en contexto en Pátzcuaro.
Esta no es, sin embargo, la primera vez que se encuentra un Chac Mool en Michoacán. A finales del siglo XIX, el etnólogo noruego Carl Lumholtz adquirió uno de estos en Pátzcuaro, pieza que ahora reside en el Museo Americano de Historia Natural en Nueva York. Además, existen otros tres chacmooles de Ihuatzio, dos de los cuales fueron excavados en 1908 y están bajo la custodia del INAH: uno en el Museo Nacional de Antropología (MNA) y otro en el Museo Regional Michoacano. Existe un cuarto en los acervos del MNA, pero su contexto exacto es aún desconocido.
Este nuevo descubrimiento, que fue fortuitamente realizado el 30 de agosto de 2023, ha impulsado un proyecto de rescate arqueológico dirigido por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Centro INAH Michoacán. El objetivo principal es ampliar las investigaciones en las áreas cercanas a la escultura para entender mejor su contexto y origen.
Aunque se ha teorizado que la escultura fue movida de su sitio original y hallada en el relleno constructivo de Pátzcuaro, la pieza ya ha sido extraída y está bajo resguardo del INAH. Se están realizando análisis adicionales para determinar su estado de conservación.
Fuente: excelsior.com.mx