Un equipo internacional de paleogenetistas, conducidos por la Universidad de Estocolmo, secuenciaron por primera vez el ARN del tejido muscular y la piel de un tilacino o tigre de Tasmania (‘Thylacinus cynocephalus’), conservado en desecación, en el Museo Sueco de Historia Natural durante 130 años. Este hito tiene importantes implicaciones en los esfuerzos para recuperar especies extintas, así como para estudiar los virus ARN que originan pandemias.
El tigre de Tasmania
El tigre de Tasmania, conocido como el único superdepredador marsupial de Australia, se extinguió debido a la caza humana, las enfermedades, la destrucción de su hábitat y la competencia de especies invasoras. Su población se mantuvo a un buen nivel hasta la década de 1830, pero a lo largo de los 100 años siguientes se acabó extinguiendo. ‘Benjamin’, el último ejemplar de la especie del que se tenía constancia, murió en cautiverio el 7 de septiembre de 1936.
Los investigadores señalan que los esfuerzos recientes para ‘resucitar’ al tigre de Tasmania están respaldados en que su hábitat natural todavía se conserva en su mayor parte. Consideran que su reintroducción podría ayudar a recuperar los equilibrios ecosistémicos perdidos después de su desaparición.
El papel del ARN en la recuperación de especies extintas
“Resucitar al tigre de Tasmania o al mamut lanudo no es una tarea trivial, y requerirá un conocimiento profundo de la regulación tanto del genoma [ADN] como del transcriptoma [ARN] de especies tan reconocidas, algo que recién ahora comienza a desvelarse”, asevera Emilio Mármol, de la Universidad de Estocolmo y autor principal de la investigación.
Los investigadores pudieron identificar en el ejemplar estudiado firmas de expresión genética específicas de los músculos y la piel que se asemejan a las de los mamíferos placentarios y marsupiales actuales. Se recuperó ARN de muy buena calidad que permitió la descripción de genes faltantes de ARN ribosómico (encargados de la síntesis de proteínas) y microARNs que modulan la expresión de los genes. “Esta es la primera vez que vislumbramos la existencia de genes reguladores específicos del tilacino, como los microARN”, señaló Marc R. Friedländer, de la misma universidad.
El alcance del estudio
Los científicos creen que la posibilidad de extraer y secuenciar moléculas de ARN en los especímenes y tejidos almacenados en las vastas colecciones de museos de todo el mundo son de las más interesantes implicaciones de este estudio pionero. La investigación se publicó este martes en Genome Research.
“En el futuro, podremos recuperar ARN no solo de animales extintos, sino también genomas de virus ARN como el SARS-CoV2 y sus precursores evolutivos a partir de pieles de murciélagos y otros organismos huéspedes conservados en colecciones de museos”, afirma Love Dalén, también de la Universidad de Estocolmo.
Fuente: actualidad.rt.com