Dicen los especialistas musicales que la canción como el título de hoy es una fusión de merengue, techno y rap. Muy bailable desde 1995 e interpretada primero por “Milli Vanilli”, luego por “Boney M” y en los últimos tiempos por “Los cantantes”, popularizada mundialmente en 1996.
La relación de esta melodía muy pegajosa con el tema central de este espacio, es por aquella parte del coro y algunos solitarios como al inicio… “Ay mujer la gente anda diciendo por ahí, que yo soy un venao… Y que estoy amarrao, Ay mujer dime que eso es un cuento por favor…”
La indagación sobre el autor de la letra es muy confusa, porque aparecen varios grupos y cantantes a quienes se les atribuye el mérito… Recuerda esa parte del coro que dice “…Y que no me digan en la esquina (el venao el venao)… Eso a mí me mortifica (el venao el venao)… Que no me voceen en la esquina (el venao el venao)… Eso mira a mí me mortifica… Y que a mí que abra los ojos no sea bobo y no sea torpe…”
La letra permite percatarse, entender de que es un hombre engañado por su pareja y es clara la negación para el mote del venado, ese sobre nombre y la negación a los ‘cuernos’.
Tamaulipas sin duda ha pasado por distintas etapas de su vida económica, social, política y cultural, influenciada claro no solo por la herencia azteca, sino por la vecindad que tenemos con el sur de Gringolandia y desde luego, les hemos aprendido mucho, aun defendiendo nuestra mexicanidad.
Los tamaulipecos nacidos y formados en las ciudades fronterizas -en su gran mayoría- han tenido el ¿acierto? de buscar y en muchos de los casos, obtener la ciudadanía norteamericana, hecho que les ha beneficiado para diferentes motivos, desde educativos y hasta legales.
El escándalo más reciente entre los tamaulipecos y con eco muy fuerte a nivel nacional, se refiere a la insistente intensión de un grupúsculo en el poder político del estado, para destituir al Fiscal Anticorrupción, a quien se insiste en relacionarlo con el ex gobernador, García Cabeza de Vaca.
Solo que me parece no han sabido encontrar el camino legal para sus propósitos y, muy lastimosamente han ensuciado sus intenciones con acciones que comprometen hasta niveles altos del gobierno local.
Nunca imaginó esa célula política del Morena en Tamaulipas, encontrarse con un contrincante del tamaño, de la estatura intelectual que han querido no solo destituir, sino que han hecho acciones legaloides que, con la mano en la cintura, han caído en desaciertos.
La acción más reciente, que no creo sea la última, es haber girado de algún juzgado amigo, la orden de aprensión para el titular de la Fiscalía. Solo que se olvidaron del fuero legal que el Fiscal tiene al ejercer el cargo, por lo que no procede el mandato que ordena su detención.
Desde luego que todo se puede y muestra de ello es el caso del Fiscal General del Estado de Morelos, cuando la que se quiere reelegir en el cargo de la CDMX, Ernestina Godoy, pidió la orden de aprensión, lo llevaron de Morelos a la capital del país y cuatro veces procedió el Amparo Judicial y el mismo número de veces que lo volvieron a encerrar, hasta que finalmente, lo dejaron en el cargo.
Se puede en este México… De ahí el merengue con rap y tecno que ilustra la introducción a este espacio, pues las asesorías que han brindado ‘los sesudos’ del sexenio provocan el recordatorio del coro.
No todo el pasado ha sido malo… Ahí está ese Festival del Seno Mexicano nacido y mejorado en el primer sexenio de un Américo Villarreal Guerra y que Américo Villarreal Anaya, su hijo, desde la misma oficina de Palacio de Gobierno, retoma y hasta en las mis fechas.
A propósito, y con poco margen de error, me parece que el primer nombre de esta celebración fue el de El Festival de La Raza y fue Blanca Anzaldúa Nájera, entonces directora del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes (ITCA) quien lo instituyó. A propósito ¿Alguien sabe por qué, la Maestra Anzaldúa no formó parte de este gabinete?