Una economía condicionada por la geopolítica

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La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es clara al respecto, en la presentación de su más  reciente informe Perspectivas Económicas de la OCDE  en el que prácticamente actualiza su visión analítica en la prospectiva de los dos años por venir.

El texto señala que la economía mundial sigue enfrentándose a los desafíos de la inflación y las bajas perspectivas de crecimiento. El crecimiento del PIB ha sido más fuerte de lo esperado en lo que va de 2023, pero ahora se está moderando debido al endurecimiento de las condiciones financieras, el débil crecimiento del comercio y la menor confianza de las empresas y los consumidores.

Los riesgos para las perspectivas a corto plazo siguen inclinados a la baja e incluyen el aumento de las tensiones geopolíticas, por ejemplo, debido a la evolución del conflicto tras los ataques terroristas de Hamas contra Israel; y un impacto mayor de lo esperado del endurecimiento de la política monetaria. Por el lado positivo, el crecimiento también podría ser más fuerte si los hogares gastan más del exceso.

El informe que en París fue presentado por Mathias Cormann y Clare Lombardelli, economista jefe del organismo,  estima un PIB mundial de 2.9% para 2023 y de 2.7%, para el próximo año y si la inflación se controla a la baja ya en 2025, podría retomarse un PIB superior al 3 por ciento.

Para la inflación, la perspectiva es alentadora fruto del esfuerzo de los bancos centrales, en casi todos los países, de subir las tasas de interés y aplicar una política monetaria restrictiva a fin de enfriar el consumo.

“En ausencia de nuevas perturbaciones importantes en los precios de los alimentos y la energía, se espera que la inflación general proyectada vuelva a niveles compatibles con los objetivos de los bancos centrales en la mayoría de las principales economías para fines de 2025. La inflación general anual estimada por la OCDE disminuirá gradualmente hasta el 5.2% y el 3.8% en 2024 y 2025, respectivamente, desde el 7.0% de 2023”, aventuró Cormann.

A su vez en Madrid, una delegación de la OCDE, encabezada por Luiz de Mello, director de la Subdivisión de Estudios Políticos del Departamento de Economía de la OCDE, se reunió en la Casa de América para presentar el informe en español ante embajadores, ejecutivos del ministerio de Exteriores y también de Economía de España y otros funcionarios.

En medio de la creciente adversidad primero, por la guerra comercial entre Estados Unidos y China que precedió a la irrupción de la pandemia en 2019; luego, derivada de la invasión rusa de Ucrania, los países cuyas economías están mostrando una mayor resiliencia y fortaleza para seguir creciendo son las economías emergentes.

Por ejemplo, en 2023, la Zona Euro tiene estimado un PIB de 0.6% y para 2024, de 0.9% y en 2025, de 1.5; recientemente, Alemania que es  la locomotora económica de la eurozona  reportó una caída de 0.1% en el tercer trimestre y se espera que en 2024 tenga un PIB de 0.6%, Francia lograría el próximo año un crecimiento  del 0.8% e Italia y Reino Unido, cada uno, con PIB de 0.7 por ciento.

De hecho, la OCDE en este informe ha revisado a la baja el crecimiento económico de la zona euro y la Unión Europea (UE) e incluso también han alterado el pronóstico para España que venía comportándose con cierta estabilidad. Así su PIB esperado para 2023, sería de 2.4% y de 1.4% para 2024.

Tampoco, Estados Unidos observa una mejor perspectiva: este año cerrará con un PIB de 2.4% pero bajará a 1.5% el próximo año y seguirá siendo bajo en 2025, con un PIB de 1.7 por ciento. Canadá es otro país por la misma senda: un PIB esperado en 2024 de 0.8% y de 1.9% en 2025.

A COLACIÓN

En contraste, México según la OCDE, lograría un crecimiento económico de 3.4% este año  y de 2.5%  en 2024 y de 2% al año siguiente. Es decir, que en 2024, el país azteca  sería la sexta economía del mundo (de un total de siete) que podría experimentar un PIB superior al 2% como se muestra a continuación: India con 6.1%; Indonesia, 5.2%; China 4.7%; Arabia Saudita de 3%; Turquía de 2.9%; México de 2.5% y Corea, un 2.3 por ciento.

“Los emergentes tienen buenas noticias gracias a que están bajando los precios de la energía, sus crecimientos pueden ser moderados pero están sosteniéndose y la inflación empieza a controlarse”, añadió Aída Caldera, experta del Departamento de Economía de la OCDE.

Caldera puntualizó que en general para el mundo el escenario que observa la OCDE es de crecimientos moderados y en otros más bajos y el de una inflación que seguirá siendo alta de manera dominante en la mayoría de los países.

Lo más preocupante es que el PIB mundial se avizora bajo por lo menos para los próximos dos años sobre del 3% esto implica que seguiremos por debajo de la generación de riqueza respecto de la década previa a la aparición de la pandemia. Esta gran urgencia sanitaria mundial que hemos vivido nos ha robado algo más que la salud: ha destruido mucho empleo y a muchas empresas… y ahora las tensiones geopolíticas darán la puntilla.

 

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