Empate Técnico

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• Claudia insegura, Xóchitl nerviosa y Maynez acartonado
• El debate lo vieron 13.7 millones de personas en TV
• Empate técnico con ligera ventaja de Xóchitl

Las expectativas eran grandes, enormes, dada la magnitud y la importancia de un debate que apuntaba a satisfacer las necesidades de una sociedad ávida de tener el próximo sexenio una gobernante de calidad, y porque por primera vez en la historia de México dos mujeres contienden para ser una de ellas la primera presidenta de un país convulsionado en la inseguridad, en la violencia, en la ignominia y en una vorágine de incertidumbre alimentada por un desinterés social casi total en participar para tener un mejor país.
Al iniciar este remedo de debate en el que se esperaba que la inteligencia de los participantes animara a los millones de espectadores con una buena gama de propuestas y alternativas que dieran solución a los grandes problemas nacionales, lo que se vio en cambio, fue una pobre mesa de diálogos a veces truncos, a veces sin sentido, y a veces muy pobres en contenido, lo que dejó ver las debilidades de los participantes, su poca inteligencia y una burda improvisación por parte del INE en cuanto a su organización.
Lo que se vio el lunes sí se juzga. Se vio a una Claudia insegura, a una Xóchitl nerviosa y a un Maynez acartonado y carente de carisma; pero lo peor fueron las fallas de un INE que no cumplió tampoco con las expectativas, al proponer para este mal ensayo un formato que tuvo fallas durante las dos horas que duró esta batalla de dimes y diretes entre esos tres personajes que más que presentar propuestas ofrecieron un deprimente espectáculo que decepcionó a todos por su muy mala calidad.
Este primer debate presidenciable al no cumplir con las expectativa de los 13.7 millones de televidentes que esperaban surgieran propuesta de solución a los problemas que a diario agobian a la sociedad, quedó convertido en un simple dialogo tripartito de personajes que buscaron inútilmente dejar mal a quien dirigían sus petardos verbales.
Y Aunque el primer debate del sexenio anterior tuvo solo 11.4 millones de personas que lo vieron en televisión, esos más de dos millones de espectadores de este primer debate se decepcionaron porque más que debatir ideas, pareció un concurso para ver quien atacaba más a sus contrincantes.
De inicio y durante las dos horas de este ensayo, Claudia abusó de la primera persona al tratar de opacar a la peligrosa Xóchitl con sus logros y sus premios, los que fueron opacados por sus propias fallas al frente del gobierno de la ciudad de México, y por emular a lo largo de esas dos horas al presidente López Obrador.
No solo no contestó algunos cuestionamientos, sino que los evadió al estilo del presidente, aunque las verdades surgieron cuando mencionó ese nefasto pasado sin gloria cuando el PRI y el PAN gobernaron México y dieron lugar a una historia de saqueos y de corrupción.
Por su parte, Xóchitl y su nerviosismo inicial la colocaron en un dilema ante los embates unidos de Claudia y de Maynez, tanto que fue muy evidente su desventaja en esa primera hora del debate, pero la chispa le salió y elevó sus votos cuando emuló a Claudia con quien fue primer ministro del Reino Unido, Margaret Tatcher, bien apodada ‘La Dama de Hierro por su mano dura al frente del parlamento británico.
A Claudia, Xóchitl la bautizó como la ‘Dama de Hielo’, un seudónimo que emula según la candidata de la alianza ‘Fuerza y Corazón por México’ su falta de sensibilidad y de corazón cuando pudo y no quiso dar solución al asunto del Colegio ‘Rebsamen’ antes del colapso que derribó el inmueble y dejó una estela de muerte y dolor.
Los señalamientos a Claudia por la pandemia, la mala conducción del proyecto educativo y el de salud, así como la inseguridad y el asunto del Metro, hicieron que el apelativo Dama de Hielo se convirtiera en rápida tendencia en redes sociales, lo que le subió sus bonos en este ensayo hasta terminar con una ligera ventaja sobre Claudia, y más aún sobre Maynez.
A Maynes ni su acartonada sonrisa le sirvió para dominar un escenario que desde el inicio le favorecía por su frescura, pero que no supo aprovechar por haberse ido más hacia el lado de los ataques y menos al de las propuestas.
Pudo haber superado a sus dos contrincantes, pero se alió de manera subrepticia a Claudia para atacar a Xóchitl, y aunque por momentos se le veía imparcial, en el conteo fueron más sus ataques a la candidata opositora a Morena, que los señalamientos a Claudia, y eso no se lo perdonaron en redes sociales ni los analistas menos prejuiciosos.
Sin embargo, este remedo de debate o ensayo de ideas no de propuestas, no ejercerá mucha influencia sobre las tendencias actuales con que cuentan los tres candidatos, ni modificarán mucho los resultados de algunas encuestas, pero no hay que olvidar que faltan dos debates y que en ellos, a diferencia del primero, pueden surgir elementos que, sumados a factores externos, sí pueden incidir en las preferencias electorales y modificar las tendencias y las líneas de aprobación o desaprobación.
Hay que recordar que no siempre los resultados de unas encuestas van a ser determinantes en una elección, ya que solo son un reflejo momentáneo de lo que pudiera resultar en unas elecciones. Por lo tanto, en este momento nadie debe darse como ganador, y nadie debe sentirse perdedor, porque la verdad será dada a conocer a través del voto el dos de junio.
Por lo tanto, el segundo debate de este año debe superar los 12.6 millones de personas que vieron el segundo debate del 2018, y el tercer debate debe superar los 10.7 millones de vistas en televisión del tercer debate del 2018.
En conclusión, en este primer debate, de acuerdo a lo visto, a lo comentado por los expertos, y a los análisis de mercadotecnia política, el resultado fue un empate técnico entre Claudia y Xóchitl, pero con una muy ligera ventaja de la candidata dela alianza ‘Fuerza y Corazón por México’, pero ambas dejaron muy abajo al candidato del Movimiento Ciudadano.

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