• Cabeza de Vaca protegió a alcaldes afines a él
• Puede quedar solo en señalamientos sin que detengan a nadie
• Regidores de van de vacaciones pagadas, ¿y el pueblo?
Un presunto desfalco presupuestal y financiero cercano a los 20 mil millones de pesos que corresponden a 159 cuentas públicas del año2021 administradas por los ayuntamientos panistas durante el gobierno del ex gobernador Francisco García Cabeza de Vaca en Tamaulipas, ha puesto a temblar a ex alcaldes y ex funcionarios de su gabinete durante su sexenio, al estimar la Auditoria Superior del Estado (ASE), que hubo irregularidades y posibles actos de corrupción en el manejo de esas cuentas.
Y es que el diputado de Morena en el Congreso local, Isidro Vargas, dio a conocer que el auditor estatal interino Francisco Noriega, ordenó abrir esas 159 cuentas públicas bajo la sospecha de que durante el gobierno de Cabeza de Vaca hubo irregularidades en el manejo de los dineros, por lo que Vargas y la diputada Úrsula Salazar solicitan que sean abiertas para comprobar que durante el sexenio de Cabeza de Vaca las cuentas públicas aprobadas a los ayuntamientos y organismos descentralizados del gobierno estatal se manejaron de manera irregular, lo que permitió el posible enriquecimiento de algunos funcionarios y servidores públicos.
De ser abiertas dichas cuentas públicas, y de comprobarse que esas irregularidades existen y que fueron cometidas por funcionarios de los municipios afines al PAN de Cabeza de Vaca, es muy posible que solo algunos de esos ex funcionarios sean llamados a rendir cuentas a la autoridad, aunque también es muy posible que todo quede solo en palabrería e intenciones, y al final de cuentas todo quede en solo un susto, sin detenidos.
Al menos eso es lo que ocurre y ha ocurrido con el escurridizo ex gobernador de Tamaulipas, quien tiene en su contra varias denuncias por diversos delitos, y hasta el momento, como dice un dicho muy popular: Le hacen lo que viento a Juárez. ¿O usted que piensa estimado lector?
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Pero lo que sí es claro es que al igual como ocurre en cada trienio y sexenio, diputados locales, funcionarios y servidores públicos que terminarán sus funciones en septiembre de este año, se irán muy contentos, tanto los que repitan, los que hayan alcanzado otro ‘hueso’, y los que se queden.
Esto viene a colación por lo que sucederá con los legisladores del Congreso de la ciudad de México, cuyos diputados recibirán un ‘bono’ de compensación de dos y medio millones de pesos por su buen trabajo y desempeño. ¡Vaya descaro de estos señores de Morena en tiempos de Austeridad Republicana!
Y aquí en estas lejanas tierras en donde ni los huracanes se atreven a pasar, lo que sí es seguro es que sin el mínimo remordimiento, los 21 regidores y los dos síndicos, además de gozar de dos semanitas de ¿descanso? y disfrutar de su abultado salario de 11 mil 500 pesos por quincena, o más, además de otra cantidad similar de compensación y algunos bonos por asistencia, otros bonos por levantar la mano, otros más por quedarse calladitos y no protestar, y unos más por leer aunque sea muy mal lo que se les pide durante las sesiones de Cabildo, también terminarán sus gestiones muy pero muy contentos, porque es posible que también reciban un buen bono por su desempeño en beneficio de la sociedad que representan. ¿Pero a quienes representan?
Solo que…con eso del escaso presupuesto que hay para programas sociales, de la reducción del presupuesto asignado a cada regidor para apoyo a ciudadanos, estos 23 ejemplares ciudadanos, salvo algunas muy contadísimas excepciones, en muy contadas ocasiones se aparecen por la presidencia municipal y por los sectores que dicen representar.
El argumento es que si no hay dinero para apoyo de medicamentos, hospital, medicinas, traslados, pues para que se acercan a los regidores.
Pero ¿Acaso no están devengando un jugoso salario? Lo justo sería entonces que el regidor que no trabaje, que sencillamente renuncie a su cargo o se lo dé a su suplente, porque ser regidor o servidor público debe ser entregar alma y corazón para las causas justas y para aliviar en algo el dolor de las personas que aún creen en ellos.
Cada tres años aspirantes a regidores brotan como peligrosas bacterias, y aunque digan que son representantes del pueblo, la realidad es que el pueblo nunca votó por ellos por la sencilla razón de que no aparecen en las boletas electorales.
Luego entonces, creo que debería modificarse el código electoral al menos en Tamaulipas, además del reglamento interno de Nuevo Laredo, para que en verdad estas personas sean susceptibles de ser elegidos por la vía de la elección directa. Y lo cierto es que el pueblo no los conoce porque nunca se acercan al pueblo, todo lo quieren hacer desde sus cómodos cubículos, y lo peor, desde las oficinas de sus negocios, a los que nunca faltan.
Y lo peor es que todavía salen de vacaciones, pagadas con un extra por supuesto, sin que nadie diga nada, ni siquiera los regidores de oposición a Morena, los que más que oposición son una perfecta comparsa de Morena al quedarse calladitos cuando deben protestar o generar polémica, pero cuando hablan es para aprobar alguna iniciativa oficial, o para negociar en lo oscurito. ¿Qué bonita familia no?
