-Con más de 30 años, el tiempo lo está devorando.
Nuevo Lardo, Tamaulipas.-Desde hace más de 30 años Rosa Elba Cruz Rodríguez se instaló en el antiguo y escondido mercado ‘Garibaldi’ de esta ciudad, y desde entonces lucha por conservar la tradición de ofrecer a residentes locales y extranjeros sus productos que consisten en figuras de yeso y barro, artesanías que ella elaboraba pero que con el paso del tiempo tiene que comprar ante la ausencia de talleres y artesanos locales.
Garibaldi es un viejo y vetusto mercado compuesto por 22 locales a los que sus propietarios abandonaron hace tiempo ante la falta de turistas y clientes, por lo que solo el local de Rosa Elba llamado ‘Artesanías Laredo’ se mantiene abierto pese a la falta de clientes.
Este mercadito está sobre la calle Ocampo, entre las calles Pino Suárez e Hidalgo, en pleno centro de la ciudad, y es el único que permanece abierto en medio de otros 15 locales comerciales ubicados también sobre la Ocampo, pero que cerraron hace tiempo por la crisis económica y la inseguridad.
Una manta deslucida y rota muestra una leyenda que el tiempo ya borró, mientras sus paredes deslucidas y sin color son el reflejo de lo que hay en su interior: Descuido, abandono y cientos de recuerdos mancillados por un olvido que lacera sus paredes.
“Soy propietaria de este local desde 1992, y en aquellos años había muchos turistas y había muchas ventas, pero ahora ya no hay nada”, explica a su modo Rosa Elba mientras de sus ojos aparecen unas lágrimas que deja escapar en añoranza por los tiempos idos y que nunca volverán para ella.
Y es que recuerda con nostalgia cómo en los tiempos de auge de este mercado, personajes famosos como el cantante de música norteña, el compositor, bajo sextista y actor, Cornelio Reyna, era un visitante frecuente a su negocio. También la visitaba el Trio Los Gavilanes y uno que otro político local.
Tiempos de gloria ya idos
Recuerda que el auge del mercado y de su local fue por los años 1990, cuando los turistas extranjeros invadían las calles del centro de la ciudad y el comercio se encontraba en su apogeo, por lo que al paso de los años, de ser fabricante poco a poco fue comprando las piezas a dos talleres que aún quedan en la ciudad.
Pero hoy el abandono de este mercadito es notorio y por años nadie acude por lo que la humedad y el deterioro avanzan con el paso del tiempo, lo que se nota en puertas y paredes de vidrio completamente rotos, mientras el olor a humedad penetra y lastima las fosas nasales porque sus dueños no acuden ni para hacer limpieza.
Dice Rosa Elba que el registro de este lugar ante las autoridades es ‘Mercado Garibaldi’, cuando los locales estaban abiertos, y que su local se llamaba Artesanías El Cubano, pero al acabarse el turismo y avanzar la inseguridad, todos cerraron y abandonaros sus locales, excepto ella, quien sigue fiel a su negocio porque de ello vive, aunque los compradores escaseen, por lo que ha tenido que diversificar su negocio con la introducción de figuras religiosas para poder solventar sus gastos diarios.
“Esto ya no es negocio, pero me ayuda porque no pago renta, y por eso permanezco aquí, aunque algunos clientes de hace años siguen viniendo y eso me da gusto”, refiere con alegría luego de echar una mirada de nostalgia a los montones de mercancía que aún conserva con la esperanza de poderla vender algún día.
El interior de este mercadito puede ser la muestra fiel de las diferentes etapas por las que ha pasado Nuevo Laredo; del auge a la crisis, y de la crisis al abandono, pero si antes cerraba a las 8 de la noche, hoy lo hace a las 4 o 5 de la tarde, para no exponerse a la inseguridad que es alentada por la soledad de las calles que rodean su negocio.
Por eso pide a las autoridades que le pongan atención a este tipo de negocios, porque el centro se está muriendo pese a que ‘Garibaldi’ se encuentra a una escasa calle de la avenida más importante de la ciudad.
“Nos hace falta más apoyo de las autoridades”, es su clamor casi desesperado ante esta situación que en vez de ceder parece aumentar con el tiempo.
