Tras 50 años, la Óptica Central sobrevive en un decaído Centro Histórico

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-Es uno de los negocios más antiguos de este sector.

Nuevo Laredo, Tamaulipas.-Fundada en 1976 por su propietario Eligio Obeso, la Óptica Central, Ubicada en el Centro Histórico de la ciudad, se mantiene vigente y no como ha ocurrido con al menos 100 negocios aledaños que a lo largo de ese casi medio siglo ya devoró la modernidad, la competencia, y la inseguridad.

Se ubica en el lado poniente de la avenida Guerrero, casi esquina con la calle Doctor Mier, una de las áreas comerciales más importantes de la ciudad. Su fachada es muy conservadora, al estilo de aquella década; grandes vitrales en ambos lados de la entrada muestran una gran variedad de lentes, un techo muy alto y una discreta publicidad que pende sobre la banqueta.

Cuenta con un completo laboratorio, un moderno equipo para los exámenes de la vista, y también con parte de un viejo equipo de inicios del siglo pasado, que conserva como una reliquia, tal vez para que sus clientes sepan cómo se examinaba la vista en aquellos tiempos.

Eligio Obeso es egresado del Politécnico Nacional, pero al regresar a la ciudad luego de obtener su título profesional, trabajó en algunas ópticas ya establecidas, y comenzó su negocio desde abajo, sin competencia, y así hizo su propia clientela.

La entrevista se realiza al fondo del negocio en donde Eligio se sienta con vista hacia la calle; un amplio y viejo escritorio de madera que le ofrece comodidad y amplitud le sirve como mostrador y mesa de trabajo.

A su espalda y lado izquierdo una gran cantidad de diplomas y reconocimientos pegados a la pared dan fe de su experiencia en este difícil negocio de mejorar la vista de las personas. Fue miembro de la Cámara de Comercio y del Consejo de Instituciones, e incluso, según cuenta, ha sido llamado para competir en la política en algunas administraciones.

Confiesa que en alguna ocasión le invitaron para que figurara entre los aspirantes a la candidatura para la presidencia municipal, pero reconoce que no aceptó porque prefirió dedicarse a lo que le ha dado la satisfacción de dar educación a sus hijos, de mantener un hogar, y seguir disfrutando de lo que más le gusta.

“No lo niego. Me han buscado para competir para presidente municipal en varias ocasiones, incluso para regidor, pero no quiero nada en la política porque mi negocio es primero y estoy al pendiente de él porque me ha permitido sobrevivir”, explica.

En sus inicios esta óptica no tenía competencia ya que solo había tres en la ciudad, pero el ánimo de salir adelante y progresar le permitió vencer la adversidad y a la competencia, por lo que en esos casi 50 años su negocio persiste con nuevos clientes y algunos turistas que buscan buenos precios y calidad.

Los recuerdos

En sus inicios, dice Eligio que la Óptica Central vivó los tiempos de mayor auge de la ciudad, cuando turistas de Estados Unidos invadían las calles y los decenas de negocios que había sobre esta importante avenida.

“Mis clientes eran un 80 por ciento turistas extranjeros, pero ahora es al revés, y se debe a la inseguridad que ha prevalecido”, explica con nostalgia tras comentar que el gobierno de Morena trata de apoyar a los que menos tienen, porque si tienen más dinero que antes, es bueno porque acuden a su negocio para encargar unos lentes.

La Óptica Central es uno de los negocios más antiguos del Centro Histórico, y surgió a la par de las decenas de centros nocturnos, restaurantes, bares y comercios que en aquellos años le daban vida al comercio organizado, y a la ciudad.

“Fue a partir de 1985 cuando esta profesión comenzó a expandirse, y con ello surge la competencia, y de tres aumentó a seis y luego a más porque algunas personas vieron que había progreso, y comenzaron a abrir nuevos negocios, pero ello provocó el cierre de otros que no pudieron sostenerse”, explica.

Esta situación se agravó con el paso del tiempo, hasta que muchos negocios ubicados sobre las avenidas Guerrero, Ocampo y Matamoros cerraron, y desde la doctor Mier hasta el puente internacional uno, se contabilizan al menos 100 locales cerrados en los que estaban Casa Martí, restaurante El Principal, Cadillac, Lion’s

Den, La Mansión, Siglo XX, restaurante El Chino, Botica Central, farmacias y muchos lugares que el tiempo se encargó de sepultar, aunque algunos como el Café Alicia, se niegan a desaparecer.

Ante la adversidad, la Óptica Central sobrevive “porque lo que hago lo hago bien y le pongo todo mi amor, y ese es el motivo porque no son galletas lo que vendemos, vendo mi conocimiento, mi carrera y mi imagen”, precisa.

Para este empresario el turismo es lo que hace falta al Centro Histórico para que vuelva a ser lo que antes era y como se le conocía en el extranjero: ‘La pequeña ciudad de las Vegas’, un lugar en donde fluía el turista, el dinero y una gran variedad de negocios de todo tipo.

Sin embargo, además de la inseguridad y la falta el turistas, el alto costo de las rentas desmotiva tanto a emprendedores como a comerciantes a ocupar uno de los locales vacíos, porque una renta en esta área de la ciudad puede costar como mínimo mil 500 dólares mensuales y hasta más, dependiendo del tipo de negocio y la ubicación.

“No es muy caro porque sí sale para la renta, pero no conozco a ninguno de los dueños de los locales que vivan en Nuevo Laredo. Todos viven en Laredo, Texas, hasta la presidenta municipal vive allá”, dice con inocente tono.

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