El G20 es un foro de las veinte economías más grandes del mundo que se reúne regularmente para discutir los problemas más apremiantes que enfrenta la economía global. Aglutina a miembros que movilizan el 75% del comercio mundial y el 66% de la población global.
Los países miembros son: Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, Corea del Sur, México, Rusia, Arabia Saudita, Sudáfrica, Turquía, Reino Unido y Estados Unidos, además de la Unión Europea.
Este marco desempeña un papel relevante en la configuración y el fortalecimiento de la arquitectura y la gobernanza mundial en todas las principales cuestiones económicas internacionales.
Los dos países con mayor demografía son China e India, ambos suman el 36% de la población mundial. De hecho, India ya superó a China, como el país más poblado con 1 mil millones 436 mil 510 habitantes frente a 1 mil millones 411 mil 961 personas que habitan China.
A lo largo del año, bajo la titularidad de Brasil en el G20, el bloque ha centrado sus discusiones en torno a la lucha contra el hambre, la pobreza y la desigualdad; las tres dimensiones del desarrollo sostenible en su parte económica, social y ambiental así como la reforma de la gobernanza global.
Nada de abordar las aristas de la geopolítica, ni sus temas candentes o bien posicionarse abiertamente y lanzar, al unísono, una condena por la invasión de Ucrania que va camino de cumplir tres años el próximo febrero.
Entre las novedades presentadas por la presidencia brasileña está el G20 Social, espacio de participación y contribución de la sociedad civil en las discusiones y formulaciones de políticas relacionadas con temas sociales.
Esta es una iniciativa del mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva que ha sido además muy bien acogida por otros líderes asistentes, junto con su idea, de lanzar la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza. La intención es movilizar tanto a países, como a organizaciones internacionales, para acelerar los esfuerzos en la lucha contra el hambre y la pobreza para 2030.
En la opinión de Mauricio Lyrio, diplomático brasileño, hay una movilización de los países para lograr resultados más efectivos en la lucha contra el hambre.
A COLACIÓN
En julio pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS), reveló que en el mundo alrededor de 733 millones de personas pasan hambre; lo que equivale a una de cada once personas en todo el mundo y una de cada cinco en África.
En su estudio de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, el organismo asevera que las cifras sobre la situación del hambre se mantienen muy elevadas por tercer año consecutivo. La OMS indica que no habrá forma de cumplir para 2023 el objetivo de Hambre Cero dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. De acuerdo con este informe, el mundo ha retrocedido 15 años con niveles de subalimentación comparables a los de 2008 a 2009.
“Las tendencias regionales varían significativamente: el porcentaje de la población que padece hambre sigue aumentando en África un 20.4%; se mantiene estable en Asia en 8.1% y muestra avances en América Latina”, de acuerdo con dicho estudio.
La OMS cree que de mantenerse las tendencias actuales, alrededor de 582 millones de personas sufrirán desnutrición crónica en 2030, la mitad de ellas en África.
Ante este escenario, el G20 ha decidido realizar una evaluación y proponer una serie de medidas que permitan que, dentro de seis años, el hambre en el mundo haya disminuido y no aumentado más como ya se prevé.