Vista desde la esquina noreste del país, la parte más alejada del centro político nacional, esta región fronteriza por Estados Unidos, y por ende también con una relación con Canadá muy arraigada desde hace algunos años.
El tránsito de residentes mexicanos en Brownsville McAllen, Harligen y todo el Valle de Texas es diario, no hay momento en que un mexicano cruce a lado estadounidense y un norteamericano cruce a México, por eso existen, 18 puntos internacionales para el cruce de mercancías y personas el ir y venir de familias, poco lo entendería del norte sur, del centro sur y del sur de país, donde la visa láser es un sueño, pero en estas tierras del norte es un documento indispensable para la convivencia diaria.
Algunas familias tienen sus negocios de lado mexicano, los Cárdenas, los González, los Argüelles, los Gonzales Barrón, en el área de Matamoros, en Reynosa hay muchas familias más, los Garza Peña, Los Cantú, Los Elizondo, y muchas familias que viven en lado norte del río Bravo, pero sus inversiones las tienen en lado sur, para estas múltiples familias, el idioma inglés es una lengua de origen prácticamente, hablarlo es parte de su vida cotidiana y de sus negocios.
Todos los días estas familias van y vienen a lado americano, y a la inversa, muchas familias viven al sur del Bravo, pero tienen sus negocios y empleos en el Valle de Texas, y el transitar diario es también parte de su vida cotidiana, para estas personas desde hace algunos años está el carril Sentri, que da prioridad al flujo de personas con flujo permanente entre las ciudades fronterizas, para facilitar el comercio y las inversiones.
Además de esto después de la ola de inseguridad, algunos comercios, decidieron tener sucursales en ambos lados del río, y se mudaron al valle de Texas, a ofrecer cabrito, tacos, carne asada y marisco, entre otras delicias culinarias típicas de México. Incluso grupos de jugadas de Golf se armaron en las ciudades, y ahora disfrutan de los múltiples campos en el lado norte del Rio Bravo, en su mayoría residentes de Reynosa, Matamoros, Valle Hermoso y Rio Bravo.
Hay personas familias que solo los fines de semana pasan en Estados Unidos, a pesar de ser ciudadanos y residentes, porque sus negocios están de lado mexicano y a la inversa vemos como muchas familias, se vienen a lado mexicano los fines de semana también, esta parte cultural difícilmente la entenderán el centro y sur del país, en una región de más de 3 mil kilómetros de frontera con la unión americana.
La visa láser, tiene muy poco de ser expedida, anteriormente con un simple sello rojo de migración ibas y venias al Valle, de compras a las chacharas como decían los comerciantes de ambos lados y de hacia esta parte llegaban por miles los Spring Breaks, los Texas Winter, y miles de ciudadanos estadounidenses a las ciudades fronterizas mexicanas, que vieron crecer sus negocios con billetes verdes, y en algún momento la economía de la frontera tamaulipeca se dolarizo.
Las circunstancias han cambiado, muchos años de falta de seguridad, los cambios políticos en ambos países han polarizado la visión y las costumbres, ahora es difícil cruzar en 30 minutos, las filas son de 2 a tres, y hasta cuatro horas de espera, y en los últimos años las filas de retorno también acumulan tiempo y dinero, por las grandes filas que se hacen al revisar en el lado mexicano con escrupulosa atención.
La pandemia del COVID-19, trajo un cierre parcial, y desde ese momento el flujo se vuelve tedioso y lento, pero siempre hay una ganancia en todo, los comercios mexicanos resurgieron porque muchas familias, conviven, comen, se esparcen y disfrutan los fines de semana en este lado de la frontera, ocasionando a restaurantes y comercios consumos que ya no se veían tan seguido, dando un resurgimiento a los empresarios mexicanos del norte de Tamaulipas.
Pero las cosas pueden cambiar, la política se cruza y pone en segundo término a las familias, dos visiones encontradas, uan que obedece ordenes desde el sur del país y otra que defiende su costumbre libre y de hegemonía mundial, donde las libertades son la garantía de crecimiento y las instituciones son de respeto y de apoyo a todos los estadounidenses, la confianza en estas instituciones son los pilares de la nación completa.
Mientras eso pasa, en México, se destruyen y se colonizan los poderes de la unión, por uno solo el ejecutivo, regresando a México a los tiempos del viejo PRI, en los 60s y 70s, donde la competitividad no era ninguna meta, si no conservar el poder por encima de todo. Estamos enredados en la galvanización de las posiciones, donde una presidente reacciona de acuerdo con las instrucciones dadas desde el sureste y los congresistas mexicanos como fieles corderos, obedecen sin chistar, esperemos que nos vaya bien en los próximos años.
Los retornos nunca fueron buenos, ni en los matrimonios.
Es cuánto.
De Aquello y lo demás…
En San Fernando, por fin se llevará a cabo el desfile conmemorativo de la revolución mexicana, más por compromiso que por ganas, teniendo como base que el reclamo de padres de familia, es toda la inversión que hicieron para que sus hijos lucieran el desfile revolucionario.
Ya la alcaldesa dio el sí, y este 4 de diciembre a las dos de la tarde dará inicio, y se dará por concluido esta etapa que careció de acuerdos, preguntas y solo se tomó de manera unilateral.
Un simple hecho se puede resumir de muchas formas, pero lo que, si es cierto, es que la seguridad es primero, será siempre lugar a discusión, pero jamás se debe de dudar, de que más vale prevenir que lamentar.
En lo político, la presidente de San Fernando aún no termina de agarrar el poder, a dos meses de haber empezado su mandato, aún hay secretarios y directores, síndicos y regidores, que se sienten con el poder de contradecir a la primera autoridad, sería bueno dar un golpe de autoridad, sobre todo cuando el despido de bomberos, la problemática de protección civil, y los asuntos laborales, necesitan tener una buena negociación.