La imprevisibilidad se suma a la volatilidad

Recién nació 2025 y Ucrania cortó la ruta de tránsito del gas ruso bombeado a través de Gazprom luego de que expirase un acuerdo firmado en 2019 (previo a la invasión del 24 de febrero de 2022) para enviar gas ruso a Europa mediante los conductos ucranios. Es una medida que afecta principalmente a los países bálticos, así como a Moldavia que ya sufre cortes de energía y a otros países de Europa del este.

 

El pasado primero de enero, la empresa rusa Gazprom emitió un comunicado calificando la medida de histórica mientras el mandatario ucranio, Volodímir Zelenski, señaló que hace veinticinco años, Rusia bombeaba gas a través de Ucrania hacia Europa, un total de 130 mil millones de metros cúbicos y que en la actualidad, en 2025, ese tránsito es cero.

 

En pleno invierno, Europa intenta no tener problemas de suministro de energía son meses de calefacción, al menos hasta mayo, con el deshielo marcando el avance de la primavera. Buena parte de la inflación que ha vivido el continente europeo en el último par de años ha derivado del costo de los energéticos que han terminado impactando toda la cadena de suministros.

 

Precisamente es la guerra en Ucrania, así como los conflictos bélicos en Israel y Medio Oriente, las dos premisas que más seguirán impactando en el entorno internacional. Tampoco serán menores los conflictos en ciernes a los que habrá que poner especial atención: Georgia, Corea del Sur, Taiwán, Siria y el reciente conflicto entre Afganistán y Pakistán.

 

No será un año tranquilo, cada uno tiene sus propias peculiaridades y persiste la sensación de que cada vez se atraviesan mayores dificultades sobre todo en lo que concierne a preservar la paz y los equilibrios estratégicos.

 

El próximo veinte de enero, la vuelta de Donald Trump a la escena internacional, una vez tome posesión como presidente de Estados Unidos, es el suceso que los analistas ya anticipan con más alcance en la aldea global. Su primer gobierno (enero de 2017 hasta enero de 2021) estuvo marcado por una profunda guerra arancelaria contra China y las amenazas de abandonar la OTAN para perjuicio de los aliados europeos. Le tocó, además, el inicio de la emergencia de la pandemia del coronavirus cuya alerta fue lanzada por la OMS el 11 de marzo de 2020.

 

Con el retorno de Trump y sus nuevos amagos de recrudecer la guerra arancelaria contra China pero también extenderla hacia México, Canadá y sus aliados europeos, las perspectivas sobre el PIB mundial de los organismos internacionales para 2025 serán modificadas en la medida que Trump cumpla con sus imposiciones.

 

Hasta el momento, el Fondo Monetario Internacional (FMI) mantiene una estimación en 2025 de un crecimiento de 3.2% para el mundo que es la misma cifra esperada sobre el PIB de 2024. Y que tenderá a la baja en la medida que el comercio internacional enfrente una serie de vicisitudes.

 

El propio organismo internacional advierte sobre los enormes riesgos geopolíticos que ponen en riesgo la estabilidad y el devenir de los próximos meses.

 

Trump prometió en campaña que su primera intervención internacional estará relacionada con un alto el fuego entre Ucrania y Rusia, en una mesa de negociación, cuya fecha no está prevista aunque podría darse a finales de febrero o marzo en Suiza.

 

Antes de terminar el año, el republicano nombró al teniente general retirado Keith Kellogg como enviado especial para Ucrania y Rusia con el objetivo de poner fin a la guerra.

 

Kellog fue jefe de gabinete del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca durante el primer mandato de Trump y asesor de seguridad del entonces vicepresidente Mike Pence. Si bien ya entró en contacto con Zelenski no lo ha hecho todavía con el Kremlin.

 

Hay mucha incertidumbre en torno a estas negociaciones y la capacidad de generar un alto el fuego sin que Ucrania termine cediendo el 30% de su territorio a Rusia.

 

A COLACIÓN

 

Todo eso se traduce en riesgos y en desconfianza sobre un entorno internacional lleno de sobresaltos reconoce el FMI por esa razón se mantiene “modestamente positivo” sobre el nuevo año.

 

Y, en este juego de fuerzas, habrá que estar muy atentos en el desempeño económico tanto de Estados Unidos como de China. Los dos antagonistas que más influyen en la geoeconomía.

 

La previsión de crecimiento del FMI para 2024 del PIB de Estados Unidos en 2024 se elevó a 2.8% mientras que la previsión de crecimiento para 2025 del PIB de Estados Unidos redujo a 2.2 por ciento.

 

Para China, los pronósticos del FMI son menos positivos: la previsión para el PIB chino de 2024 se rebajó a 4.8% y, para 2025, se prevé en 4.5 por ciento.

 

El organismo internacional avisa que un recrudecimiento en los aranceles para dificultar el comercio chino en sus exportaciones hacia Estados Unidos como pretende Trump tendrá como consecuencia una rebaja en las perspectivas sobre el crecimiento económico chino.

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