-La reciente reforma constitucional que prohíbe el cultivo de maíz genéticamente modificado en México ha desatado un intenso debate sobre la soberanía alimentaria y el futuro del campo mexicano.
Ciudad de México.-La reciente aprobación de una reforma constitucional que prohíbe el cultivo de maíz transgénico en México ha intensificado el debate sobre la soberanía alimentaria y el futuro del sector agrícola nacional.
La medida, promovida por la presidenta Claudia Sheinbaum, busca proteger las variedades nativas de maíz, consideradas un “elemento de identidad nacional”. Sin embargo, críticos advierten sobre posibles repercusiones económicas y comerciales.
La reforma fue aprobada por la Cámara de Diputados con 382 votos a favor y 88 en contra. Los legisladores del partido Morena y sus aliados respaldaron la iniciativa, mientras que miembros del Partido Acción Nacional (PAN) expresaron su oposición, argumentando la ausencia de fundamentos técnicos y posibles impactos negativos en la economía y la inflación.
Esta decisión se produce tras un fallo adverso para México en diciembre de 2024, cuando un panel del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) determinó que las restricciones mexicanas a las importaciones de maíz transgénico violaban el acuerdo comercial.
Como resultado, México se vio obligado a levantar dichas restricciones, aunque ahora busca prohibir el cultivo interno de maíz genéticamente modificado para proteger su biodiversidad.
México es uno de los principales importadores de maíz amarillo de Estados Unidos, utilizado principalmente para la alimentación animal. En 2024,
las importaciones mexicanas de este grano superaron los 4,700 millones de dólares. Analistas advierten que la prohibición del cultivo de maíz transgénico podría generar tensiones comerciales adicionales con Estados Unidos y afectar la economía agrícola nacional.
Por su parte, el PAN ha propuesto una alternativa que busca equilibrar la protección del maíz nativo con el fomento de la productividad agrícola.
Entre sus propuestas destacan la inversión en investigación para desarrollar semillas a partir de maíces nativos, la creación de zonas exclusivas para su cultivo y la implementación de una regulación efectiva en lugar de una prohibición total.
El debate continúa en el Senado, donde se espera la ratificación de la reforma.
La comunidad agrícola y diversos sectores de la sociedad mexicana permanecen atentos al desenlace de esta discusión, que podría redefinir la política agrícola y comercial del país en los próximos años.
(Visited 1 times, 1 visits today)
