El zócalo lleno, a reventar como se esperaba, la ciudad de México y su zona conurbada son piezas fáciles de movilizar, 200 mil personas son poca cosa para meterlas a la plancha de la plaza mayor del país.
La presidente vestida con elegancia típica mexicana llego puntual, saludando y diciendo al pueblo, al pueblo morenistas, obviamente a esos para los cuales gobierna Claudia Sheinbaum, el grito fue para la gradería, para el aplauso y para calmar las ansias de demostrar que tiene el poder, al menos para esos 36 millones de votos que obtuvo.
Las razones de la mega concentración se habían disipado días antes, con el anuncio de Donald Trump de suspender la imposición de aranceles por otro mes más, y como lo expreso la ministra de comercio de Canadá, el país no puede tener planes cada 30 días, y en eso razón hay de sobra.
Una buena oportunidad de reconciliación nacional paso de largo, invitar a los lideres de la oposición hubiera estado genial, las recomendaciones de algunos asesores de la presidente así lo querían, pero los duros que obedecen a López Obrador, jamás lo aceptaron y vencieron al final.
De novedad nada, de política poco, de un baño de pueblo ahí sí que hubo mucho, es la primer aves que Claudia realiza un mitin como este, pero también se dio sin argumento, y sin motivo alguno, los aranceles habían sido suspendidos días antes, pero ella no quiso parar y le dio para adelante a la concentración del zócalo, el pueblo tenía que escuchar a su presidente, al menos el pueblo morenista.
La ejecutiva uso una bala de plata, de esas que son contadas para un presidente, sin ningún grupo ciudadano organizado, sin partidos políticos opositores, sin congresistas opositores, sin gobernadores de oposición y con la galvanización de las políticas de seguridad de Trump, algunos eran impresentables en el estrado principal.
Ahí estaba Rocha Moya, protegido por el morenismo, algunos aseguran que sus días están contado, y que decir de Ricardo Monreal, mencionado en todos los expedientes de investigación de agencias de seguridad de Estados Unidos, y ahí sí que no le salgan que la ley es la ley.
De no haberlo hecho, y hacer una presentación a nivel nacional con medios de comunicación, redes sociales y otros medios convencionales, la presidente estuviera en la cima de la política, como una verdadera ejecutiva, pero prefirió defender lo indefendible, proteger a los indiciados y darle a la gradería pan y circo.
Una excelente oportunidad para la reconciliación nacional se dejó escapar, será la próxima.
Es cuánto.
De Aquello y lo demás…
Mire en el congreso local la diputada Marian Ramírez, ha puesto a todos a temblar cada vez que sube a tribuna, los mismos morenistas, piden su intervención, sobre todo en asuntos que ellos, no logran digerir.
Al congresista local, es la piedra en el zapato de los diputados morenos, y cada intervención causa polémica y apoyos por debajo de la mesa del mismo grupo parlamentario de Morena.
La diputada Ramírez Andrade a intervenido para exponer la problemática del campo tamaulipeco, el desabasto de medicamentos en hospitales de salud, y la falta de personal médico en muchos nosocomios, algo que, negando los morenistas, no podrán resolver el problema.
Pero hay más, con los migrantes, el área que maneja al dedillo la diputada, no hay respuestas, para las ponencias, solo se miran unos a otros, porque ser y estar son cosas distintas.
