El Global Gateway es una plataforma sólida que acercará más a la Unión Europea (UE) con América Latina y el Caribe, un socio estratégico necesitado de inversiones en nuevos sectores en expansión.
En Bruselas, sede del gobierno de la UE, consideran que esta región tiene un amplio potencial en recuperación verde, avances digitales, políticas de sostenibilidad y de inclusión.
Y que por sus propias características está dentro del marco de valores esgrimidos por la UE en sus diversos programas a favor de las tecnologías limpias, de la descarbonización y de tener un planeta más verde y menos contaminante.
De allí que el Global Gateway (se creó en 2021) sea una de las grandes ideas de la Comisión Europea en aras de movilizar 300 mil millones de euros para impulsar enlaces inteligentes, limpios y seguros en los sectores digital, energético y de transporte y para fortalecer los sistemas de salud, educación e investigación en un momento crítico de transformación climática.
De primera instancia parecería que es la respuesta de la UE ante el proyecto ingente de China con su Nueva Ruta de la Seda (One Road, One Belt) que pretende vertebrar al mundo entero con el gigante asiático.
Sin embargo, es mucho más novedoso y profundo, porque incorpora nociones compatibles con la propia filosofía política de la UE como el respeto al medioambiente, a los derechos humanos y al juego democrático.
La Comisión Europea, a través de su presidenta Ursula Von der Leyen, destaca primordialmente la necesidad de encontrar “socios de confianza” para diseñar proyectos sostenibles y de calidad a fin de garantizar que éstos serán implementados de manera transparente.
Recordemos que en 2023, Von der Leyen, realizó una gira toral por cuatro países de América Latina: Brasil, Argentina, Chile y México para refrendar nuevos lazos de inversión y darle el mensaje a los respectivos mandatarios que a través del Global Gateway está disponible una línea inmediata de recursos por 45 mil millones de euros para la región.
Ha sido tan bien recibido en América Latina este grifo inversor que por lo pronto, la presidenta de la Comisión Europea, signó con el mandatario chileno, Gabriel Boric, un acuerdo sobre el cobre y el litio, con la intención de potenciar la producción de ambos insumos en el país andino y contribuir así a reducir la dependencia de los países europeos hacia las importaciones chinas en dichos materiales.
Y, por lo tanto, altamente estratégico para la transición energética en curso en este momento crucial para la Unión Europea con sus planes de descarbonización; igualmente, con Argentina, la presidente europea cerró otro acuerdo también a favor de potenciar la producción de litio.
Ya hay varios proyectos latinoamericanos que se han beneficiado de este financiamiento, por ejemplo, en materia de desarrollo sostenible y reforestación en la Amazonia;
Hay otros programas orientados al hidrógeno verde en Brasil, Argentina, Chile y en otros países porque los europeos tienen el objetivo de importar 10 millones de toneladas de hidrógeno renovable cada año a partir de 2030.
A COLACIÓN
¿Tendrá éxito esta estrategia de inversiones de la UE con ALyC? Ya la tiene porque las necesidades son mutuas y permite fortalecer los vínculos birregionales. Y lo hará, sobre todo después del desprecio de Trump, hacia la región y hacia Europa.
En el caso de México se abre un abanico de oportunidades: ya fueron identificados cuatro proyectos relevantes destinados uno, al Plan Sonora; otro, para el sector salud; uno más, para el agua y su saneamiento; y, el último, para los bonos verdes.
A México, le interesa el acceso al financiamiento del Global Gateway, porque el Plan Sonora es sobre todo un proyecto de energías limpias desarrollado en el norte del país azteca y que dará impulso a plantas fotovoltaicas y a la producción de litio. Es una apuesta sostenible por la generación de energías renovables con la construcción de una planta de energía solar en Puerto Peñasco, Sonora y que permitirá generar 1 mil Megawatts de energía solar para la Comisión Federal de Electricidad.