La economía norteamericana arrastra sendos problemas de deuda favoreciendo el desequilibrio presupuestario y los economistas reiteran el peligro de los llamados déficits gemelos.
El organismo privado, Accounting Insights, señala que la salud económica de un país a menudo se evalúa por sus déficits presupuestarios y comerciales. Cuando ambos son negativos, se denominan como déficits gemelos, lo que indica que el gobierno está gastando más de lo que gana mientras importa más de lo que exporta.
En 2023, los pagos de intereses federales de Estados Unidos superaron los 659 mil millones de dólares. El endeudamiento incrementa la deuda nacional lo que conlleva costosos intereses y si, los niveles de deuda suben demasiado, los pagos de intereses consumen más ingresos del gobierno, lo que limita los fondos para servicios esenciales.
De forma dañina se va creando un círculo vicioso en detrimento del crecimiento económico y como explican los expertos financieros de Accounting Insights un déficit presupuestario a menudo conduce a préstamos gubernamentales, aumentando la demanda de capital y elevando las tasas de interés.
“Las tasas más altas atraen a los inversores extranjeros, fortaleciendo la moneda local en este caso al dólar y una moneda más fuerte encarece las exportaciones, ampliando el déficit comercial”, de acuerdo con dichos expertos.
Así el desequilibrio se sigue alimentando y a la economía norteamericana le siguen faltando ingresos, no llega a los pagos, ni a sus presupuestos; se hace más amplio el déficit presupuestario y el endeudamiento sigue siendo el camino.
A COLACIÓN
Es probable que los aranceles de Donald Trump sean contraproducentes, perjudiquen a Estados Unidos y aceleren el declive del dominio estadounidense. Se trata de uno de los argumentos de los economistas Radhika Desai, Michael Hudson y Mick Dunford.
Hudson, investigador de la Universidad de Misuri, analiza que la década de 1980 fue crucial para la hegemonía norteamericana: “Vino el neoliberalismo y eso es lo opuesto al capitalismo industrial. Y así, a día de hoy, Estados Unidos ha perdido su liderazgo industrial”.
Si bien Trump quiere que su país sea el preponderante en el nuevo orden internacional que resulte de los cambios geopolíticos y geoeconómicos por los que estamos transitando, Hudson duda que la economía norteamericana tenga fuelle para sostener su poderío. “Lo que se está viendo en Trump, con su ajetreo, es una especie de desesperación”.
En el mismo sentido apunta Dunford, profesor emérito de la Universidad de Sussex, al recalcar que Estados Unidos está en una situación desesperada: “Este año deberá refinanciar 9.8 billones de dólares de deuda. Hay una enorme pila de deuda después de muchos años de despilfarro fiscal; además, la productividad se ha desacelerado, la infraestructura se ha desmoronado, los costos son extraordinariamente altos para la salud y la educación; y, por supuesto, nos hemos desindustrializado debido a la deslocalización”.
Por su parte, en la opinión de Desai, que ha dado clases en la Universidad de Manitoba, el problema es que Estados Unidos se ha desindustrializado mucho: “La economía se ha vuelto tan penetrada por las importaciones que cada vez que hay crecimiento, cada vez que la gente tiene un mejor dinero en sus bolsillos, lo gasta en importaciones. Es por eso que el déficit comercial de Estados Unidos siempre se expande con el crecimiento estadounidense”.
Sobre la estrategia trumpista de atraer grandes inversiones a la Unión Americana, Hudson crítica la actitud de casi obligar y hasta amenazar a terceros países para hacerlo. Trump ha pedido a la realeza saudí que invierta más en Estados Unidos e inclusive amenazó al gobierno de Taiwán con aranceles sino traslada una subsidiaria de la multinacional Taiwán Semiconductor al territorio norteamericano.
Respecto del impacto de los aranceles, los economistas coinciden en que son un error que motivarán a otros países a buscar nuevos socios y otros mercados. Un punto favorable para China.
Hace unos días, el Financial Times ventiló que Estados Unidos representa en la actualidad el 15.9% de las importaciones mundiales y en su mayoría provienen de México, China y Canadá.
Los aranceles contra socios comerciales y en especial dirigidos a China, no frenarán el ascenso de la hegemonía china que podría alcanzarse a partir de 2030 o 2050. Hay un desplazamiento de la esfera del poder económico de Occidente hacia Asia… y no, Trump, no lo frenará.