En lugar del técnico mejor el pastor

En Roma, suelen repetir que aquel que entra como Papa a un cónclave, siempre sale  como cardenal y, en esta ocasión, tampoco ha sido la excepción:   en el día de la Virgen de Pompeya, 8 de mayo,  aconteció un momento histórico para la Iglesia con la elección de Prevost Martínez como el Sumo Pontífice número 267 sucediendo al Papa Francisco.  Lo hará bajo el nombre de León XIV.

El cónclave, que duró dos días, culminó con la salida de humo blanco de la Capilla Sixtina, señalando la elección del cardenal norteamericano, nacido en Chicago en 1955. Hubo cuatro votaciones, dos fumatas negras y la tercera blanca.

“Podrían haber votado a un  técnico, pero eligieron a un misionero estadunidense, que cuenta con la nacionalidad peruana y con mucha experiencia sacerdotal y misionera con los pobres del Perú. Habla inglés, español e italiano y  otros idiomas más y me parece que podría emerger como una figura conciliadora entre todos los intereses que hay en la curia romana”, me dijo una fuente consultada en El Vaticano.

Más que elegir por la nacionalidad, William Miles, profesor de religión y política de la Universidad Northeastern, indica que ha sido el peso de la teopolítica la que ha contado en el cónclave en una iglesia polarizada. “Más importante que la nacionalidad o la etnia del Papa, hay que ver su postura sobre los temas que están polarizando al mundo católico”.

En declaraciones para Northeastern Global News, el investigador señala que el cónclave ha sido mucho más político o teopolítico porque no solo es cuestión de fe sino también de tener una postura sobre temas que están galvanizando a la sociedad contemporánea.

“La Iglesia Católica no es menos inmune a la política más amplia que cualquier otra institución. Estamos viviendo en un mundo altamente polarizado y polarizante e incluso el Papa y los candidatos papales son seres humanos”, de acuerdo con Miles.

Cada pontífice ha tenido su momento histórico: el Papa Juan Pablo II  y su influencia en la Guerra Fría con sus tesis anticomunistas él era un polaco convencido a favor de la libertad; su sucesor, el alemán, Benedicto XVI, no   logró  notoriedad geopolítica porque los escándalos internos absorbieron buena parte de su pontificado; mientras, el Papa Francisco,  debió lidiar con un profundo cambio generacional  y con una geopolítica mucho más beligerante marcada por el terrorismo, igualmente por el cambio climático; la pandemia del Coronavirus y por la invasión de las tropas rusas a Ucrania.

Además,  le obsesionaba expandir la fe católica. El 13 de marzo de 2013, cuando el cardenal  argentino, Jorge Mario Bergoglio, fue elegido Sumo Pontífice,  en el mundo había 1 mil 253 millones de católicos de acuerdo con el National Catholic Register. En 2024,  el número de católicos, a nivel global aumentó a 1 mil 406 millones de fieles.

La mayor expansión ha sucedido en África y en Asia mientras que Europa experimenta  un estancamiento. Aunque es el continente americano donde se vive su máximo esplendor y se espera que el nuevo Papa siga poniendo hincapié en el tema.

A COLACIÓN

Una de las primeras reacciones tras conocerse el nombre del nuevo pontífice ha sido la del presidente de Estados Unidos, Donald Trump: “Es un gran honor darse cuenta de que es el primer Papa estadunidense”, escribió Trump en Truth Social. “Qué emoción, y qué gran honor para nuestro país. Espero encontrarme con el Papa León XIV. ¡Será un momento muy significativo!”.

Aunque Trump expresó su admiración por el nombramiento, el Papa León XIV es conocido por sus opiniones abiertas sobre la justicia social y la migración, y ha criticado previamente las políticas y la retórica de inmigración de Estados Unidos.

En Europa ha causado alguna suspicacia que saliese electo un norteamericano considerando las tensiones geopolíticas y geoeconómicas actuales. En su momento,  varios medios de comunicación, como La Stampa, la Reppublica y Il Messaggero, señalaron que la presencia de Trump en el funeral del Papa Francisco tenía cierta intención de influir en la futura elección del Sumo Pontífice. Mismo señalamiento realizado en el caso del presidente francés, Emmanuel Macron, al que también le interesaba impulsar a un cardenal galo, según el periódico Corriere Della Sera.

Es curioso porque unas horas antes del cónclave el periódico La Stampa difundió que Prevost podría ser la sorpresa de la noche; y, vaya que sí la fue. Nadie lo vio venir con Parolin favorito en las votaciones.

¿Qué influyó? Yo estuve siete días en Roma y El Vaticano para cubrir la información en torno a los funerales del Papa Francisco y pude observar in situ que el eurocentrismo está en decadencia. El catolicismo se ha estancado en Europa mientras sigue en expansión en Estados Unidos, en Asia y en África.

El Papa Francisco  tenía ese afán de expandir la fe católica de allí que pusiera su ojo en China, por ejemplo; mientras que Europa tiene enormes caídas en la natalidad, la Iglesia tiene que abonar esa fe en las poblaciones con las generaciones más jóvenes quizá eso haga entender la razón de que no sea el técnico Parolin el Papa, sino un pastor… un misionero, acostumbrado a dar la comunión y a abrazar a la gente.

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