Los Maestros

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Leído en redes sociales “A un ingeniero, a un contador, al abogado, a un médico, etc., etc., nadie ajeno a su profesión le refuta o pone en duda cualquier opinión profesional. Aaaah… pero cualquier persona se atreve a alegar, refutar, escudriñar, impugnary hasta poner en entredicho la opinión de un Profesor.”

¿Alguien tiene la respuesta del porqué?

Muy aventurado es considerar que los maestros poco a poco han perdido terreno en eso de la profesionalización, cuando los padres de familia cuestionan la instrucción más sencilla o leve que dan a los educandos.

Es cierto que padres de otros tiempos al dejar a sus hijos en la escuela, no se mordían la lengua cuando decían al profesor, delante de sus hijos “Hay se lo dejo y si no le hace caso… aunque me entregue nada más la salea…”

Hacia la década de los años 80, en una escuela pública de Ciudad Victoria, la Asociación de Padres de Familia Escolar, entregaron como regalo del Día del Maestro ‘Un Centenario” a cada docente y conste, eran por lo menos dos maestros por grado, más la directora y subdirectora.

A nivel superior desde el Bachillerato y hasta las licenciaturas (Normales, universidades y Tecnológicos) los estudiantes se organizaban la noche del 14 de mayo para llevar las tradicionales “Mañanitas” a sus maestros, sobre todo a quienes les reconocían su profesionalismo o para buscar la calificación mínima aprobatoria. Ahora ya ni eso. Sin duda los tiempos cambian.

El Día del Maestro en activo es el 15 de mayo en nuestro país. Aunque un día antes, el 14, celebramos el Día del Maestro Jubilado por aquellos que sirvieron al magisterio por un mínimo de 28 años ininterrumpidos y hay quienes laboraron hasta más de 50 y 60 años.

El número de años trabajadosse dice y escribe muy fácilmente. Y mire que los tiempos han cambiado. Solo baste recordar su número de lista, sobre todo si su apellido paterno tiene la inicial al final del abecedario y entonces tendremos una idea del número de estudiantes por grupo.

Desde luego que en colonias populares los alumnos de la escuela primaria llegaron a contarse hasta casi 70, con muy bajo índice de deserción y poco ausentismo. Entonces de 70, casi salían 67… 68… Donde había más bajas era en el cambio de grado, pues en su gran mayoría se iban a trabajar para incrementar el presupuesto familiar.

A manera de reto: ¿El lector recordará el nombre de sus profesores (as) desde el Jardín de Infantes (kínder)… los de la primaria? Es más difícil la secundaria, el bachillerato y la universidad. Aunque a partir de estos niveles recordamos los maestros más significativos, ya por buenos o malvados… guapos o bonitas.

Desde el discurso oficial y sindical por décadas han señalado a los maestros como piezas fundamentales en el desarrollo y progreso social, porque en esos días se les reconoce la misión de formar y educar a las nuevas generaciones.

Contra todo lo que se diga, los maestros son responsables de impartir los conocimientos, valores y habilidades que están señalados en el Plan y Programa de Estudios y son cruciales para el futuro de los estudiantes, según la percepción del gobierno.

No es cierto que los maestros en activo o jubilados sabemos de todo. Más bien replicamos lo que señala un Plan o Programa de Estudios con nuestros estudiantes, del nivel que sea. El maestro jamás se ha mandado solo, siempre tiene la supervisión hasta física del inspector escolar.

El Maestro es un empleado que muchas veces ve limitada su vocación porque en las escuelas le enseñaron a ‘cumplir’ con los planes, programas y hasta con los controvertidos libros de Texto Gratuitos, que también el gobierno diseña, edita y distribuye en el territorio nacional.

¿Distractores del quehacer educativo? Claro que hay y muchos y me parece son a propósito para que el tiempo no alcance y se queden lagunas u océanos en los conocimientos básicos de los estudiantes.

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