Trump convierte a Europa en su satélite

 Con la polémica incluida por la negativa del presidente de España, Pedro Sánchez, de incrementar el gasto en defensa al 5% del PIB y los ataques de Trump en su contra, así concluyó la pasada Cumbre de la OTAN en La Haya.

No obstante, Sánchez rubricó el acuerdo final en el que los aliados aseguran que invertirán el 5% del PIB en defensa y gasto militar para tener una Alianza Trasatlántica más fuerte.

Se trató básicamente de un encuentro preparado para no hacer enojar a Trump que se llevó todo tipo de elogios por parte de varios líderes europeos que lograron disipar las últimas amenazas del mandatario norteamericano de abandonar a la OTAN.

“Con el Plan de Inversión en Defensa de La Haya descrito en la declaración, los Aliados se comprometen a invertir el 5% del PIB en defensa, incluido el 3.5% del PIB en las necesidades básicas de defensa y el 1.5% en inversiones relacionadas con la defensa y la seguridad, como la infraestructura y la industria. Esto marca un importante aumento con respecto al anterior índice de referencia de 2% del PIB”, de acuerdo con el texto firmado por los 33 mandatarios presentes.

Para Mark Rutte, secretario general de la OTAN, estas decisiones tendrán un profundo impacto  para lograr que la Alianza tenga una mayor capacidad de disuasión y de defensa.

“Ya sea de Rusia o del terrorismo, los ciberataques, el sabotaje o la competencia estratégica, esta Alianza está y seguirá estando lista, dispuesta y capaz de defender cada centímetro del territorio aliado”, destacó Rutte.

Ha sido patético el papel del líder de la OTAN. Cuando el noruego Jens Stoltenberg, decidió renunciar a la Alianza Trasatlántica, se buscó entonces un perfil capaz de lidiar con la personalidad de Trump. Y así salió el nombre de Mark Rutte, quien fue primer ministro de Países Bajos.

En su país se le conocía con el mote de “teflón Rutte” porque todo se le resbala. Tiene, como ya hemos visto, una personalidad dada a la adulación y siempre ha presumido de llevarse bien con el magnate republicano.

Con todas esas razones de peso, Rutte es quien dirige a la OTAN y ya hemos visto su eficacia: ha sacado la reunión anual de la imponente sede de la OTAN en Bruselas, para evitar que Trump nuevamente les eche en la cara a los otros líderes de los países miembros, que ese complejo se ha construido con dinero del erario norteamericano.

Se lo han llevado a La Haya y aunque en un primer momento aquí en Europa se dudó de que Trump asistiera porque estaba en pleno bombardeo a Irán, digamos que todo estaba puesto para recibirlo en calidad de héroe y salvador del mundo.

Rutte llegó a decir abiertamente que ya había llegado “papi tras arreglar el mundo” mientras sonreía buscando la aprobación del presidente norteamericano. Para su beneplácito, además, le pusieron lo más lejos posible al presidente de Francia, Emmanuel Macron; al canciller germano, Friedrich Merz y al primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer.

El republicano quería que fuese su Cumbre y que solo él brillase y que los otros miembros de la OTAN fuesen sus súbditos dispuestos a escuchar todas las estupideces que salen de su boca.

A COLACIÓN

Y así fue: le aplaudieron, le adularon, se congratularon con él aceptando gastar ya no el 2% del PIB en defensa, sino el 5% del PIB, algo que Rutte calificó como un compromiso que solo alguien con la personalidad de Trump podría lograr en los demás socios.

La realidad es que Trump se ahorró el regañarles por gastar tan poco. Ya no tuvo oportunidad de reprocharles que Estados Unidos ya se cansó de defender a Europa. Ni volvió a amenazar con abandonar a la OTAN o bien con no honrar el Artículo 5 de la defensa mutua y colectiva en caso de que uno de los miembros fuese atacado.

Trump llegó a La Haya para demostrar que es el hombre fuerte y para dejarle muy claro a Europa que el trato ya no es de socios y aliados; el inquilino de la Casa Blanca ha degradado a Europa a un satélite que gira alrededor de los planes, las ambiciones  y los caprichos del presidente de Estados Unidos.

Ninguno de los líderes europeos  presentes en la OTAN, reprochó siquiera a Trump que no tomase en cuenta a Europa y que nunca fuese informada sobre los planes de la Casa Blanca.

En la actual crisis bélica, solo Washington y Tel Aviv, se mantuvieron coordinados en la llamada guerra de 12 días, entre Israel e Irán, que ha dejado 900 muertos y  4 mil heridos en Irán, según  el grupo Activistas de Derechos Humanos en Irán; y,  30 muertos  y 592 heridos en Israel de acuerdo con CNN.

Nunca Trump habló vía telefónica con el líder  de la OTAN para informarle al respecto. Europa va quince pasos detrás de Trump relegada a un segundo plano y ninguneada en cuanto a los planes que tiene con Rusia  en relación con la invasión que sufre Ucrania. Prácticamente no se entera de nada.

 

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