El adiós

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Soy de los que opinan que cada amanecer es una oportunidad para rectificar, sumar, corregir y adicionar hechos de nuestra propia vida. La idea central es crecer, ser mejores seres humanos desde una perspectiva familiar -en una primera instancia- y social, con todo el contexto significa.

Como docente he declarado ante mis alumnos, en un momento filosófico, que la muerte no debe espantarnos. Que el morir es un dormir sin soñar, es dormir sin despertar, sin sentir, oír o hablar.

Admito que la sola idea de la muerte provoca tristeza, llanto, nostalgia, recuerdo, dolor, rabia… Aunque reconozco que también ese fenómeno provoca una anhelada paz espiritual, porque está asociada la idea del descanso eterno.

Profesor de carrera, el oriundo de Xicoténcatl, Tam., trabajó en diversas escuelas primarias tanto del Estado de México, como de la capital del país, César Picasso Sánchez también ejerció la docencia en instituciones formadoras de docentes.

Maestro del Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio, de la Escuela Normal Superior de Tamaulipas, de la Benemérita Escuela Normal Federalizada de Tamaulipas, de la Escuela de Educación Física “Profr. Edmundo Castro Núñez” del Centro de Estudios Actualizados A. C., y catedrático de la Facultad de Trabajo Social de la Autónoma de Tamaulipas.

Picasso Sánchez dirigió diversos cursos de las ciencias sociales desde historia universal y de México, sociología general y de la educación y quizá fue uno de los tamaulipecos especializados en Filosofía y Filosofía de la Educación.

Innumerable tesis de grado a nivel licenciatura y Postgrado (Educación y Trabajo Social) fueron asesoradas y dirigidas por el Mtro. César Picasso, incluso algunas de ellas fueron inscritas y premiadas en concursos por la Autónoma de Tamaulipas.

La muerte sorpresivamente le sorprendió estando de visita con sus nietos radicados en la fronteriza Matamoros, donde los primeros síntomas de alarma, le llevaron a recibir atención médica y finalmente un paro cardio-respiratorio le llevó a cerrar sus ojos a esta vida.

Sus cuatro hijos: César Jr., Yanett Aracely, Ana Laura y Nora Estefanía, así como su viuda, Dra. Yolanda Uvalle Loperena, son sus herederos del legado profesional, de cariño y respeto a un hombre que se distinguió por su sencillez, humildad y sapiencia.

El duelo se recibe el miércoles 6 de agosto en los Funerales del Refugio, Boulevard Tamaulipas, Las Villas, 87028, (salida a Monterrey), Cd., Victoria, Tam., a partir de las 9:00 hrs., misa el jueves 7 a las 12:00 hrs.

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