Arriba y adelante

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El título de hoy es una frase de impacto (eslogan publicitario) que utilizó hasta el cansancio el presidente mexicano (1970-1976) Luis Echeverría Álvarez (CDMX 1922-2022 Cuernavaca, Mor.), acusado de ser la auténtica mano dura en 1968 (Tlatelolco) y 1971(Av. de los Maestros y Calzada México-Tacuba) contra estudiantes masacrados en la capital del país.
Eso recuerda que cada presidente mexicano al menos, ha tenido por lo menos una expresión de impacto; José López Portillo y Rojas (1976-1882) abusó mucho de aquello “La solución somos todos”; Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988) le creímos “La renovación moral de la sociedad”; Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) “Ni los veo ni los oigo”. Solo pongo una frase de impacto, pero hubo más.
Regreso aquello de Echeverría Álvarez cuando leo que en la Lagañera presidencial que se acostumbra en el palacio construido por ordenes españolas, la presidente Claudia Sheinbaum Pardo hizo mutis por una nueva marcha esta vez denominada de “La Resistencia”.
Esta marcha fue convocada para frenar el avance autoritario, por iniciativa de la pitufa Alessandra Rojo de la Vega, alcaldesa de la Cuauhtémoc, para el próximo 31 de agosto en la Ciudad de México, “porque ya no es tiempo de callar”.
En el mismo escenario, Palacio Nacional, Sheinbaum Pardo también reaccionó en forma nada grata por la marcha realizada este fin de semana contra el desabasto de medicamentos contra el cáncer.
Para sorpresa de muchos, aún afiliados a las declaraciones presidenciales, levantaron las cejas cuando la presidente Sheinbaum cuestionó “¿Quién está llamando a eso?” -refiriéndose a la marcha del 31 de agosto- “Alessandra Rojo de la Vega”, -le contestaron a coro algunos periodistas-. La sorpresa aumentó cuando dijo la presidente de los mexicanos “¡Ah… no bueno!”, reaccionó con un gesto de burla.
Sin embargo, cuando todo parecía haber terminado el tema y se iba cambiar a otro, la titular del Ejecutivo mexicano adicionó: “Está como ayer, la marcha ésta… de los medicamentos, ¿no? Margarita Zavala la encabezaba”. Y aclaró que en su gobierno se da seguimiento personal a la llegada de medicinas a los centros de salud.
Las expresiones de la Doctora Sheinbaum dejan mucho que desear porque pareciera que la presidencia del país sigue minimizando las voces mexicanas que ya no piden, exigen ya no el progreso, por lo menos que se vuelva a los tiempos en que había medicamentos.
Realmente las esperanzas de un mejor país, bajo las promesas y compromisos de una regeneración, de una transformación en los principales rubros sociales, la llegada del macuspano López Obrar simple y sencillamente no funcionaron.

Luego cuando aguantamos los seis primeros años… Viene la esperanza de la elección de nuevo presidente y al quedar una mujer, las expectativas del cambio aumentan por lo que, dice el INE, la Dra. obtiene mayor número de votos que el Lic. López en su momento y los seguidores de Morena, “brincan en una pata de gusto”, otros dudamos, pero aceptamos la posibilidad.
No obstante, las expectativas populares de una mejor realidad fueron mentiras, porque la mujer Presidente desvalora las marchas populares pidiendo medicinas y, como con el viejito macuspano, debe creer que las manifestaciones son manipuladas, hechas solo para desprestigiar, porque sus asesores les deben decir que mienten, que las farmacias del ISSSTE, IMSS, Bienestar, salud, etc., todas tienen todo, estar bien surtidas.
Y no es que el que escribe tenga mala voluntad en la creencia presidencial. Solo basta leer o escuchar las expresiones de ¿desprecio?, ¿incredulidad?, ¿descalificación?, ¿descrédito?, etc., de la presidencia de antes y de ahora, y además de contrastarlos con la realidad que se vive en los hospitales cercanos a la casa y entonces nos percatarnos que la gente no miente.
Es cierto que muchos vivales contratan a cierto tipo de personas para todo, hacer marchas, mítines, paros, con o sin consignas, hasta en la televisión nacional nos enteramos que por 2 mil pesos matan a una persona.
No lo dudo, pero es fácil corroborar el dolor humano si las altas autoridades caen de sorpresa a un nosocomio público…Y a veces hasta el privado. No hay medicinas o son muy caras.

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