Mientras escribo esta columna, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, vuela hacia Washington pero esta vez no llegará solo a la cita en la Casa Blanca. La última vez fue brutalmente humillado por Trump delante de todo el mundo demostrando que es un pésimo anfitrión: grosero con los débiles y salamero con los dictadores asesinos.
También estarán en esta cita del 18 de agosto, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea; el primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer y los mandatarios de Francia y Alemania, Emmanuel Macron y Friedrich Merz.
Van a explicarle a Trump porqué Ucrania no puede (y no debe) capitular ante el invasor cediéndole el territorio de Donetsk y Lugansk y congelando las líneas del frente en los territorios de Jersón y Zaporiyia. No puede ser ni una condición para un alto el fuego, ni mucho menos, una condición para la paz.
Este fin de semana, toda la prensa europea destacó cómo Putin se almorzó en directo a Trump: sin variar un solo ápice sus peticiones, sin ceder absolutamente en nada. “Europa está en una encrucijada y se quedará sola defendiendo a Ucrania”.
Trump quiere el Nobel de la Paz. Putin el 20% del territorio de Ucrania y Europa tener la certeza, todas las garantías de seguridad, de que Rusia no volverá a atacar ni a Ucrania, ni a ningún otro país.
Este lunes podria definirse el destino de Europa: o darle la razón a Trump y a Putin y aceptar sus condicones para la rendicón de Ucrania o quedarse solos defendiendo y armando a Ucrania, sin la ayuda de Estados Unidos.
En seis meses, se cumplirán cuatro años de que inició la invasión, con la llegada de Trump a la Casa Blanca, lo que ha sucedido es que el Kremlin ha recrudecido sus bombardeos y ha ordenado a su ejército avanzar a como dé lugar.
Trump no ha traído la paz, ha permitido darle ventajas a Rusia para debilitar a Ucrania y ahora, solo en su macabro juego de guerra, le seguirá el guión al ruso para que siga ganando más tiempo a su favor.
A COLACIÓN
En la Casa Blanca señalan que si hoy capitula Ucrania, el 22 de agosto habrá una reunión a tres bandas: Trump-Putin-Zelenski. Me parece que se quedarán con las ganas y a ver si lo entienden: los ucranios quieren ser europeos. Los ucranios quieren un país soberano y democrático. Los ucranios quieren libertad y prosperar y no ser el satélite de un dictador criminal.
A la histórica cita en la base militar, Elmendorf-Richardson, de la ciudad de Anchorage arribó Putin con la misma agenda geoestratégica que lo llevó a invadir a Ucrania, desde el 24 de febrero de 2022. Su retórica no ha cambiado ni un ápice frente a un Donald Trump que pretende desde hace mucho tiempo llevarse lo mejor posible con el dictador ruso.
En el encuentro bilateral entre Trump y Putin, del 16 de julio de 2018 en Helsinki, al que yo asistí como corresponsal internacional, en su primer mandato de Trump como presidente planeaba la sombra de la sospecha de la injerencia rusa en las elecciones para maniobrar a favor del magnate republicano. De ello hablaron pero también de la necesidad de llevarse bien entre las dos potencias, de hecho, Trump insistió en varias ocasiones en invitar a Putin a una visita oficial a la Casa Blanca pero las condiciones propicias no se dieron.
Siete años después, el reencuentro entre ambos aconteció en medio de un puzle geopolítico descompuesto, con las tropas rusas intensificando sus bombardeos en diversas regiones del este de Ucrania y una invasión que va camino de los cuatro años y que, según el Wall Street Journal, ya ha dejado en cifras estimadas 80 mil muertos y 400 mil heridos. Y, en el bando ruso, las estimaciones rondan en los 800 mil rusos, la mayoría soldados entre muertos y heridos.
Rusia quiere el levantamiento de las sanciones económicas, financieras, comerciales y diplomáticas y que sean descongelados los activos rusos en Europa. Hay 260 mil millones de euros en fondos rusos congelados. Estos activos, incluido el efectivo, las acciones y los bonos soberanos propiedad del Banco Central de Rusia, permanecen atrapados en sus cuentas debido a las sanciones.La legislación de la UE prohíbe su liberación y permite al Banco Central utilizar los intereses que devenguen.
Los líderes europeos han dicho que sí están de acuerdo en levantar las sanciones de forma gradual siempre y cuando suceda un alto el fuego y se dé un gran acuerdo de paz con todas las garantías de seguridad. Trump afirma que Estados Unidos quedará como garante de la seguridad. Hoy, Europa, tiene una cita con la Historia.