Desde marzo pasado, aquí en Europa por iniciativa de los líderes de Francia y Reino Unido fue creada una coalición de voluntarios también conocida como “coalición de los dispuestos” con la intención de enviar tropas sobre el terreno ucranio como garantía, tras la firma de un acuerdo de paz.
Los expertos estiman que se necesitarían varios miles de soldados para ofrecer una garantía creíble de mantenimiento de la paz. Hace unos días, la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, reiteró que Rusia tiene 1 millón y medio de soldados y que Europa necesitaría hacer una inmensa movilización de unos soldados que no tiene. En la mayoría de los países europeos, después de la Segunda Guerra Mundial, el servicio militar obligatorio dejó de funcionar eso significa escasez de tropas pero también escasez de reservas.
¿Cuánto soldados tendría que poner en el terreno? ¿Quién pagará a esos contingentes sus gastos y avituallamientos? ¿Cómo se podría asegurar ese alto al fuego a lo largo de una línea del frente de más de 1 mil kilómetros de largo en el este de Ucrania?
Mientras Italia y Alemania siguen pensando si apoyar o no está medida, a Francia y Reino Unido se han unido Dinamarca, Suecia, Países Bajos, España, Portugal así como Estonia, Letonia y Lituania. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, se ha comprometido a darle mayor forma a este compromiso de países en las próximas dos semanas.
De hecho, antes de la reunión del 18 de agosto, en la Casa Blanca, el mandatario galo enfatizó la necesidad de garantías de seguridad para Ucrania en cualquier acuerdo de paz con Rusia y agregó que Rusia no quería la paz, sino la “capitulación” de Ucrania.
El balance de este encuentro para los líderes europeos que arroparon a Zelenski es de prudencia y de un optimismo cauteloso. Aunque los medios norteamericanos publicaron una filtración: mientras acontecía la reunión y tras tomarse una foto grupal, Trump hizo un comentario al oído al presidente Macron: “Creo que Putin quiere hacer un trato por mí… ¿Entiendes? Esto es tan loco como suena”.
A COLACIÓN
El problema es que Trump no es una persona de fiar y es voluble. No hay forma de tener una clara certeza de que en verdad se tomará en serio la seguridad de los europeos; basta recordar que en menos de un día cambió de parecer: primero afirmó que Estados Unido sí participaría de un contingente de tropas de seguridad y de paz en Ucrania y, después se desdijo señalando que su país no tendría ninguna participación.
Lo único certero es que Trump ya asumió ser el vocero del dictador ruso que ha encontrado en él a un aliado perfecto para orillar a Ucrania a rendirse mientras se enreda el tema de cómo parar el conflicto.
Precisamente hablé con Raúl González, especialista del Instituto para el Desarrollo de la Inteligencia en el ámbito del Terrorismo, Seguridad y Defensa (IDITESDE) con sede en Madrid y le pedí su opinión sobre los últimos acontecimientos a raíz de la Cumbre de Anchorage entre Putin y Trump.
González me comentó que Trump se ve con toda la superioridad no solo física, política y económica sino con una superioridad moral y se cree que es el garante de los valores occidentales. “Ya lo dijo en diferentes reuniones con líderes europeos”.
A Trump, el destino de los europeos poco le importa, él solo entiende el lenguaje del dinero y de los negocios, en ese sentido, González me señaló que en las negociaciones sobre Ucrania no solo interviene como mediador también como parte interesada.
“Por otro lado, Putin ha conseguido ganar tiempo y la estabilización del frente no favorece en absoluto a Ucrania, lo primero porque no tiene personal y tampoco tiene músculo económico por mucho armamento que vaya a comprar a Estados Unidos para mantener una guerra de tanto tiempo prolongada; y más, teniendo en cuenta que si hay un parón Rusia va a rearmarse”, me confió.
Este destacado asesor militar español subraya que Rusia ha volcado toda su economía, a una economía de guerra y tiene más recursos para aprovechar su proyección en el frente y lo hará rearmándose. “No, nos equivoquemos, Rusia sabe manejar la zona gris mejor que nadie”.
Rusia, remarca, sale vencedora desde el punto de vista que Putin dirá a su población que ha doblegado a la OTAN; y, Trump, sale favorecido por una serie de contratos millonarios y la imagen de líder absoluto.
Ucrania y los ucranios que quieren ser parte de Europa y tener un país libre y soberano, sin estar supeditados a los designios de un dictador imperialista, viven sus horas más delicadas. Su destino pasa por una encrucijada histórica: o darle el 20% de su rico territorio a Putin y arriesgarse a una nueva invasión en unos años o convertirse en la moderna versión de Alemania, cuando al final de la Segunda Guerra Mundial, una parte quedó bajo el yugo soviético y la otra bajo el dominio de Estados Unidos. Y, los europeos solo recibirán una patada desde la Casa Blanca.