La supervivencia de la industria automotriz depende de los semiconductores y de los chips. En buena medida de las tierras raras y aquí la guerra está siendo frenética sobre todo entre Estados Unidos y China.
En el pasado encuentro entre el mandatario norteamericano, Donald Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, ambos acordaron “suavizar” su guerra comercial: Trump ha ofrecido bajar los aranceles impuestos por el tema del fentanilo a un 10% a cambio de que China aumente sus exportaciones de tierras raras.
Mucha de la tecnología actual y la del futuro descansa en las tierras raras y no todos los países las tienen en abundancia. Son digamos, tan importantes como en su momento lo ha sido el petróleo.
Por ejemplo, la industria de los autos eléctricos necesitan de esas preciadas baterías que llevan litio y otros minerales útiles para su fabricación y, que sobre todo, concentran China y África. Y aquí, es que las tierras raras son parte de ese futuro porque son necesarias además para la fabricación de los teléfonos inteligentes mundialmente conocidos como Smartphones.
Hasta el momento están identificados diecisiete elementos metálicos denominados como elementos de tierras raras (REE, por sus siglas en inglés) que incluyen a quince lantánidos: lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometeo, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio a los que se añaden, el itrio y el escandio, para sumar en total los diecisiete.
En las últimas tres décadas han ganado particular relevancia en la medida que avanza la digitalización y tecnificación de las comunicaciones, su protagonismo va cobrando amplia relevancia, porque son imprescindibles para los teléfonos móviles; los dispositivos tecnológicos, las tablets y todos los gadgets que están reconfigurando la era de la información entre los seres humanos.
El Servicio Geológico de Estados Unidos explica que estos minerales sirven para fabricar más de doscientos productos no solo para computadoras, también para los vehículos eléctricos e híbridos; los nuevos monitores de pantalla plana y televisores.
Y hasta participan en la guerra. En la cruenta invasión de Ucrania, sus fuerzas militares intentan repeler la invasión de las tropas rusas con equipo, armas militares y drones fabricados igualmente con las tierras raras. Lo mismo que los láseres, los sistemas de sonar, de radar, las pantallas táctiles, las mirillas de precisión de las armas y los sistemas de guía y de geolocalización.
Un simple imán es la ejemplificación más cotidiana de para qué sirve una tierra rara y ya en su versión más sofisticada, una tablet o un tablero con GPS en un vehículo, no serían posible sin su presencia. La economía del presente, pero esencialmente la del futuro inmediato, dependerá en buena medida de las tierras raras eso lo saben bien las empresas dedicadas a la tecnología, las nuevas tecnologías y tecnologías digitales.
Hasta el momento, China lidera la producción mundial de óxidos de tierras raras, estimada en 168 mil toneladas métricas (TM) anuales. Los planes quinquenales incluyen el aceleramiento del ritmo de exploración y de producción de dichos minerales.
El Observatorio de la Complejidad Económica (OEC, por sus siglas en inglés) indica que en 1993, China producía el 38% de la producción mundial de tierras raras, seguido por Estados Unidos con el 33%; el 12% de Australia y el 5% de Malasia e India, respectivamente. Sin embargo, a partir de 2010, la economía china ha despegado de forma relevante al tal punto que se ha convertido en la principal productora y exportadora aunque con el gobierno de Xi Jinping ha ido limitándose cada vez más la cantidad de tierras raras permitidas para exportar porque están dándole prioridad a su acumulación.
A COLACIÓN
Si China es el líder en producción y exportación, la economía norteamericana es un importante importador de tierras raras; por ende, está resintiendo toda la inestabilidad global en los mercados provocada primero, por la pandemia y segundo, por la invasión de Rusia a Ucrania.
El ejemplo más claro está en la producción de smartphones cuyas mejoras y nuevos modelos siempre van con retrasos porque dependen de la importación de componentes que produce China.
Detrás de cada móvil en las manos de un usuario hay una intensa guerra comercial, una disputa por el control de los mercados y sobre todo por el control del suministro de las materias primas
Los móviles están formados de los siguientes elementos: 1) El estaño, se utiliza en un óxido que permite que la pantalla funcione como una pantalla táctil; 2) el neodimio, el disposio y el praseodimio, sirven para fabricar imanes que hacen que el teléfono vibre; 3) el aluminio da forma al vidrio de muchos teléfonos inteligentes y también se usa en la carcasa de la batería; 4) el praseodimio, el gadolinio y el neodimio, sirven para los imanes de los altavoces; 5) el terbio, europio, disprosio, praseodimio, lantano e itrio, para crear los colores brillantes en la pantalla; y, 6) los metales preciosos como el cobre, el oro y la plata se utilizan para los componentes microeléctricos del teléfono.
Si bien China ostenta la supremacía en los minerales raros, hay otros actores que terminarán sumados a la competencia; al respecto, un análisis de The Brookings Institution avizora el futuro en el renglón de la producción de estos preciados minerales y África brilla de forma importante. Y, Occidente, sigue dando pasos atrás en África mientras China y Rusia se posicionan abruptamente… lo vamos a lamentar más pronto que tarde.