¿Cuánto dinero podría estar movilizando la industria de los drones a nivel mundial? Al respecto, Gran View Research, señala que es un negocio boyante tanto en el presente como en el futuro. “Todos quieren tener drones”.
“El tamaño del mercado mundial de drones alcanzó los 73 mil 006 millones de dólares el año pasado y se prevé que crezca a los 163 mil 060 millones para 2030”, de acuerdo con esta empresa de consultoría norteamericana.
Los drones han demostrado su eficacia no solo ofensiva también defensiva y si su presente es jugoso, la industria de los drones a nivel mundial tiene un enorme futuro. Los drones no solo participan en los conflictos bélicos también son herramientas importantes para el clima; para los desastres naturales y localizar personas así como saber la extensión de la devastación. Los drones permiten localizar personas; y su capacidad para filmar y tomar fotografías también los hacen útiles para la industria del turismo, del marketing y la publicidad.
También son nuevos elementos de presión y de espionaje. En el último medio año, la presencia de diversos drones en varias ciudades europeas, se ha convertido en una constante; los servicios de seguridad europeos señalan al Kremlin como responsable de una táctica intimidatoria.
Desde Reino Unido, Bélgica, Polonia, los países nórdicos e inclusive los bálticos, son crecientes las denuncias por avistamientos de drones de origen desconocido merodeando en los aeropuertos, así como en diversas zonas militares.
La intrusión más reciente, el pasado 29 de octubre, aconteció en las instalaciones militares de Marche-en-Famenne, en el sur de Bélgica. El ministro de Defensa belga, Theo Francken, defendió que estos vehículos deben ser derribados sin miramientos.
“No fue obra de aficionados, sino de pilotos de drones experimentados. Se siguieron los procedimientos correctamente…. la policía y la dirección general de Medio Ambiente están investigando este alarmante incidente”, de acuerdo con Francken.
Hace un par meses, la Comisión Europea planteó la necesidad de levantar un escudo antidrones para Europa y que incluso podría llegar a proteger a la propia Ucrania.
Los drones también sirven para amagar, intimidar e inquietar. En Estados Unidos, el presidente Donald Trump, ha llegado a afirmar que su país podría llevar a cabo un ataque con drones contra cárteles de la droga en México lo que significa violar la soberanía de un país. Aunque en realidad también podría ser solo una táctica intimidatoria.
A COLACIÓN
Y, ya en el campo de batalla, los drones han demostrado su altísima eficacia: el ejército ucranio realizó un exitoso ataque con drones en territorio ruso que demostró todo el potencial de estos aparatos en un combate sorpresa: el pasado 1 de junio se llevó a cabo la Operación Telaraña que causó daños significativos a la aviación rusa, afectando a más de 40 aviones y provocando daños estimados en 7 mil millones de dólares.
De esta operación escribieron José Juan Gámez y Fernando Salinas en el periódico El Debate en España destacando la magistralidad de esta maniobra que Ucrania estuvo preparando durante ocho meses.
“En la Operación Telaraña planificada por el SBU bajo supervisión de Volodímir Zelenski se utilizaron 117 drones kamikazes ocultos en soportes de madera en camiones. Los vehículos lograron acercarse lo suficiente, a unos 40 kilómetros, de las cinco bases militares rusas bombardeadas; esa es la distancia de autonomía que tienen los aviones no tripulados utilizados”, de acuerdo con Gámez y Salinas.
Lo más chocante es que a Ucrania este ataque le salió barato: “El modelo DJI FPV permite al piloto que controla en remoto el aparato, tener visibilidad de la zona que sobrevuela el dron a través de una cámara incorporada. Ironías de la historia, se puede adquirir por Amazon, pero Ucrania introdujo las modificaciones necesarias para que pudieran cumplir con la misión que ha sorprendido a la Federación Rusa y al mundo”.
Zelenski declaró que este ataque terminará en los libros de Historia e indicó que su ejército y aparato de Inteligencia lograron no solo burlar la seguridad en Rusia, sino también a los servicios secretos del Kremlin. Y no se ha equivocado.