En estos momentos, la Franja de Gaza está dividida por varias líneas que impiden que cientos de miles de gazatíes retornen a las ciudades que han quedado arrasadas por las bombas. El Ejército de Israel está ocupando el territorio bajo la línea azul eso significa que controla el paso de Rafah; el de Kerem Shalom; también el punto de Sufa; el de Kissufim; la puerta 96; el acceso de Karni; el de Erez y, por último, el de Zikim.
Luego está la zona roja que está en ruinas y es extremadamente peligrosa y en la que se encuentra Rafah, Al Fukhkari, Khuza, Wadi as Salqa, Jabalia y el norte de Gaza. De hecho, Israel sigue bombardeando esta área para terminar de derrumbar los edificios que todavía quedan en pie.
Y, por último figura la línea amarilla, en la que están concentrados como pueden los gazatíes desplazados desde hace meses y que no pueden traspasar la línea roja, ni mucho menos la azul, porque los soldados les disparan a matar.
Esta línea amarilla comprende a Khan Younis, Deir Al Balah y Rimal Zeitoun. Es decir, que se ha agudizado todavía más, la densidad poblacional.
El plan de paz de Trump no aborda dicha complejidad, no esclarece la razón de estas tres líneas, ni el tiempo, que durará la ocupación de las fuerzas israelíes o bien qué zonas empezarán a ser reconstruidas primero.
Y, mientras esas dudas quedan por despejar, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, llegó en su momento a proponer una fuerza de paz para Gaza formada por contingentes de varios países, entre éstos Italia.
El plan de Trump recoge la creación de una Fuerza Internacional de Estabilización en Gaza cuya aprobación pasó por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Esta Fuerza Internacional de Estabilización pretende romper con los ciclos de violencia, garantizar la coordinación humanitaria y sentar las condiciones para la regeneración institucional palestina. Y, si bien ya ha sido aprobada por la ONU, falta saber qué ejércitos participarán con sus efectivos en el terreno.
Ya en Líbano, que está a 219 kilómetros de Gaza, opera una fuerza de cascos azules con un contingente internacional entre éstos soldados españoles que inclusive, Israel ha llegado a agredir en sus ataques al Líbano. La presencia de estos cascos azules tiene el mismo fin que tendrá la Fuerza Internacional en Gaza.
En su oportunidad, Meloni declaró que Italia estaría dispuesta a participar pero falta que el Parlamento le dé luz verde; la realidad es que la composición y capacidades de este nuevo contingente siguen siendo poco claras.
Antes de la votación del 17 de noviembre, el embajador Waltz declaró en un comunicado que este contingente en Gaza estaría compuesto por una coalición de cascos azules, muchos de países de mayoría musulmana, como Indonesia, Azerbaiyán y otros más.
No obstante, hay países que no quieren involucrarse: a principios de este mes, por ejemplo, un asesor presidencial de Emiratos Árabes Unidos declaró que la nación no ve un marco claro para una fuerza de estabilidad en el terreno y declinó participar.
Tampoco Arabia Saudita está dispuesta a meterse en el berenjenal de Gaza fue uno de los temas que hablaron el príncipe heredero Mohamed Bin Salmán y Donald Trump en su pasada visita a la Casa Blanca en la que anunció además inversiones millonarias de empresas saudíes a Estados Unidos por un billón de dólares.
Luego está el caso de Turquía, uno de los países firmantes y garantes de este plan de paz, sus fuerzas militares no podrán participar en la Fuerza Internacional de Estabilización porque el primer ministro Netanyahu ya anunció que no permitirá la presencia de fuerzas turcas en Gaza.
A COLACIÓN
Pero también hay otra decisión polémica relacionada con la Junta de Paz propuesta por Trump para Gaza que pretende ser una autoridad transitoria formada por tecnócratas palestinos y asesores internacionales que supervisarán la transformación de la Franja. ¿Quién la va a presidir?
Diversos medios de comunicación internacionales creen que será Trump, tras ser rechazado Tony Blair por Hamás. De hecho, en los últimos días se ha abierto un diálogo entre Hamás y la Autoridad Nacional Palestina que encabeza el nonagenario líder Mahmud Abbas perteneciente a Fatah y en la que se ha propuesto celebrar elecciones y que la Autoridad Nacional Palestina recupere el control central de Gaza.
Hamás gobierna la Franja de Gaza desde que ganó las elecciones del 25 de enero de 2006 y desde entonces ha perpetuado una dictadura en la Franja y rompió relaciones con la Autoridad Nacional Palestina. Se fracturó el sueño de unidad entre ambos territorios y la creación del Estado Palestino.
Eso sí, entre las exigencias de Washington y de Tel Aviv, Hamás debe salir de cualquier esfera del gobierno y proceder a su desmilitarización algo que no han realizado hasta la fecha.
En varios medios europeos ha llegado a sonar el nombre de Mohammad Mustafa para encabezar esta Junta. Se trata de un economista y político palestino, de 71 años de edad, que se desempeña como primer ministro de Palestina desde 2024; anteriormente fue el presidente de la Junta del Fondo de Inversión de Palestina y asesor económico de Abbas. Pero claro, hay que decirlo todo será a modo de Estados Unidos y de Israel.