Este fin de semana han seguido las negociaciones entre las delegaciones de Estados Unidos y de Ucrania en Miami para abordar los puntos más controvertidos del plan de paz de Trump que, ante todo, fuerza a Ucrania a la capitulación tal y como lo quiere el dictador ruso.
Trump quiere emular su plan de paz de veinte puntos que presentó para la Franja de Gaza para dar por terminada la invasión de Rusia a Ucrania que va camino de cumplir cuatro años en febrero próximo. Los intereses de los gazatíes ni siquiera fueron tomados en cuenta, como tampoco acontece, con los ucranios.
En ese esquema pragmático del presidente de Estados Unidos todo tiene que ver con hacer dinero: un corte de caja que, por supuesto, deberá ser favorable para sus propios intereses y los de las multinacionales norteamericanas. A Gaza, la piensa explotar con el beneplácito de Israel y de los países del Golfo y, a Ucrania, pretende repartírsela con su homólogo ruso, Vladimir Putin.
Mientras se publica este artículo, el mandatario ucranio, Volodímir Zelenski, solo ha logrado ganar unos días de margen para dar algunas pinceladas al plan de Trump que, como indican los medios europeos parece que fue dictado por Putin.
No han sido veinte puntos, sino 28, los que han sido presentados al presidente Zelenski y además bajo un ultimátum desde la Casa Blanca en el que prácticamente condenan a Ucrania a aceptarlo o bien a quedarse sola, sin ningún respaldo norteamericano, para seguir resistiendo de forma desgarradora a la invasión rusa.
¿Cuál es el sustrato de este plan? Fundamentalmente, Ucrania pierde el territorio invadido: “Crimea, Lugansk y Donetsk serán reconocidos como de facto rusos. Jersón y Zaporiyia quedarán congelados a lo largo de la línea del frente mientras Rusia cederá otros territorios acordados que controla fuera de las cinco regiones. Todas las fuerzas ucranianas se retirarán de la parte del Donetsk que actualmente controlan y esta zona de retirada será considerada una zona neutral desmilitarizada de amortiguamiento, reconocida internacionalmente como territorio perteneciente a la Federación Rusa”.
Como son zonas vitales para Ucrania, para el tránsito de mercancías por el Mar Negro, Trump propone que Rusia no impedirá que Ucrania utilice el Río Dniéper para actividades comerciales e indica que habrá acuerdos para el libre transporte del grano a través del Mar Negro.
Una vez firmada la capitulación de Ucrania, la Casa Blanca da a Zelenski 100 días para convocar elecciones y garantizar en su Constitución que Ucrania no podrá ingresar en la OTAN y deberá reducir drásticamente a su Ejército.
Asimismo, los países del G7, léase Reino Unido, Italia, Francia, Japón, Alemania, EU y Canadá aceptarán el reingreso de Rusia para restablecer el formato del G8. Bajo la segunda presidencia de Barack Obama, tras Putin invadir Crimea, las potencias decidieron echar a Rusia de las reuniones anuales de este club.
Por supuesto, que la Casa Blanca reivindica que todas las sanciones contra Rusia serán levantadas y su economía quedará reintegrada en la economía global. Nada se menciona sobre la orden de la Corte Penal Internacional que pesa sobre de Putin aunque Trump propone una amnistía para todas las personas involucradas en el conflicto, algo muy favorable para el Kremlin.
A COLACIÓN
De este plan, además de Rusia, también Estados Unidos sale muy beneficiado porque Kiev deberá recompensar a este país por mantener la paz que ofrecerá una garantía de protección. Eso sí, se rechazan las misiones de paz de los ejércitos europeos y la presencia de los cascos azules.
En cuanto a la reconstrucción serán las multinacionales norteamericanas las que tengan preferencia para ello y para participar en la explotación de la infraestructura de gas, incluidos los oleoductos y las instalaciones de almacenamiento y explotación de recursos minerales, así como tierras raras.
Trump propone un diálogo entre Rusia y la OTAN, mediado por Estados Unidos, para resolver todas las cuestiones de seguridad y crear condiciones para la desescalada, con el fin de garantizar la seguridad global y aumentar las oportunidades de cooperación y desarrollo económico futuro.
¿Qué dice el Kremlin al respecto del plan de Trump? El dictador ruso ha señalado que este plan podría servir como base para un arreglo final, si bien los pormenores se los reserva para el nuevo encuentro que tendrá en Moscú con Witkoff.
En cuanto a los líderes europeos entre ellos hay resquemor. Durante una comparecencia con legisladores europeos en Estrasburgo, Von der Leyen destacó que Rusia no mostraba signos de verdadera voluntad para poner fin al conflicto y remarcó que continuaba operando con una mentalidad sin cambios desde los días de la Cumbre de Yalta en 1945.