Carlos Peña Palacios/EnLíneaDIRECTA
Reynosa, Tamaulipas.- Ni con los golpes de calor los venderos ambulantes como los rasperos se salvan de la crisis, y es que el producto para refrescar con saborizante en los peatones registra una nula actividad pese en situarse en lugares con mucha afluencia de personas y altas temperaturas.
Adán Hernández es un vendedor ambulante ubicado a las afueras de la Junta de Conciliación y Arbitraje #4 y solo le toca mirar a los ex empleados de TRW reclamar su indemnización ya que ni uno se ha acercado a pedir el clásico “diablito” o la raspa de limón, quedando solo la que baila el tío Simón.
“Viene mucha gente aquí a estas oficinas, namas los miro y ya no llegan, está el calorón y ni pa las raspas hay para que se lleven”.