Un nuevo estudio realizado en Estados Unidos sugiere que las mujeres tienen una aversión genética hacia los animales e insectos peligrosos, como las arañas.
La investigación, cuyos resultados se publicaron en la revista New Scientist, indica que las mujeres nacen con ciertas características en su carácter que se arraigaron en la etapa de cazadores de nuestros ancestros.
Como protectoras de sus hijos, tenían que ahuyentar a los animales que los asustaban, dijeron los investigadores.
Estudios previos habían demostrado que las mujeres tienen cuatro veces más probabilidades de tener una fobia a las arañas que los hombres, pero éste es el primero en sugerir que están predispuestas genéticamente.
La nueva investigación fue liderada por el doctor David Rakison, especialista en psicología del desarrollo, de la Universidad Carnegie Mellon, en Pittsburgh.
En la misma, se le mostraron a 10 bebés del sexo femenino y a 10 bebés del sexo masculino diferentes fotos de arañas con el fin de ver su reacción.
Desde la prehistoria
Primero, se les mostró una foto de una araña al lado de un rostro humano con mueca de miedo; luego se les mostró una imagen de una araña al lado de una cara feliz, y una tercera foto de una flor junto a una cara de miedo.
Los resultados mostraron que las nenas -algunas de hasta 11 meses de edad- miraron por más tiempo la foto de la araña con la cara feliz que los nenes, quienes observaron ambas imágenes por igual.
Los científicos concluyeron que las bebés estaban confundidas acerca de por qué alguien estaría feliz de estar al lado de una araña, y asociaban rápidamente las fotos de los arácnidos con el miedo.
En cambio, los bebés de sexo masculino se mostraron indiferentes emocionalmente.
Rakison explica que esto se debe a que los hombres eran, en la etapa prehistórica, los que asumían los riesgos cuando se trataba de salir a buscar comida.
Pero las mujeres, en su papel de protectoras de los hijos, eran más precavidas con animales como las víboras o las arañas, según Rakison.