Los acontecimientos sucedidos en el municipio de Tampico en los últimos días han ubicado a Tamaulipas en el ámbito noticioso nacional: la colonia Mano con Mano, sus pseudo líderes, agitadores profesionales que utilizan la necesidad de la gente para saciar sus instintos voraces: ganar dinero a como dé lugar, sin importar que ello implique el sacrificio de vidas… y del patrimonio de los demás.
De ninguna manera se justifica el uso excesivo de la fuerza, sin embargo, recordemos que los programas de edición de imágenes tanto fijas como en movimiento nos proporcionan una visión, a veces alterada, de la realidad.
¡Cuántas veces no hemos visto una noticia con declaraciones asombrosas, y resulta que el contexto fue alterado! En esos casos, es común que los que manejan este tipo de notas pongan exclusivamente, como contenido, la parte que conviene.
Recordamos al entonces dirigente del PRI en Tamaulipas Abraham Rubio Canales, quien en una ocasión, en el aeropuerto “El Petaqueño” de Ciudad Victoria tomó un diario frente a los reporteros que cubríamos la fuente y dijo: “a ver, déjenme ver lo que ustedes dicen que dije”, a lo que le contestó presuroso el reportero de la radio: “Bueno, don Abraham, eso lo lee, pero en la radio ponemos la declaración con sus propias palabras”.
El dirigente contestó en tono de burla: “¡Claro, pero solo pones el cachito que te conviene!”
Nada hay más cerca de la realidad que el ejemplo del político mantense. Muchas veces ocupamos parte de la nota para destacar la brutalidad con que los elementos de la fuerza pública actúan, sin embargo, omitimos las imágenes donde el grupo de enardecidos colonos, al sentir que serán afectados en su patrimonio o azuzados por los delincuentes que se ostentan como líderes, toman piedras y palos y arremeten contra los policías.
Únicamente se escucha el crujir de los escudos y cascos. En otras ocasiones, salvajes que participan en las trifulcas toman botes de aerosol y les prenden fuego, utilizándolos como sopletes contra los policías.
Para muchos, eso no constituye delito, como si los policías no fueran seres humanos o no tuvieran familia, pero, ¿Qué sucede si el policía levanta el tolete y le propina un golpe a un ciudadano para someterlo? Entonces hasta Derechos Humanos opina que son unos gorilas con uniforme, unos salvajes, y con un poco de más suerte, los consignan.
Eso no es aplicación de la ley bajo ninguna circunstancia.
Los invasores de la colonia Mano con Mano sabían que estaban en terrenos que no son para urbanizar, es decir, invadieron algo que no es suyo, constituyendo lo anterior un delito.
A sabiendas de ello, exigen una casa a la autoridad, sin considerar que en Tamaulipas hay 3.5 millones de habitantes, y en sentido legal de la justicia, el gobierno debiera entonces dotarnos de casa a todos.
Algunos argumentan falta de empleo, y vemos los diarios plenos de oportunidades para obreros, gente que tiene como modus vivendi un oficio y un cúmulo de empleos.
Sucede que todos queremos un trabajito de jefe, con horario cómodo y gran salario, sin pensar que la forma en que nos hemos preparado constituye en muchas ocasiones una limitante para acceder a una oportunidad laboral.
Exigen al gobierno una casa, despensas y una serie de aspectos que rallan en la exageración, en el abuso y en el fomento al paternalismo.
Cuando el gobierno les dice “no”, entonces se paran de puntas y comienzan las consignas: “ladrones”, “corruptos” y otras similares.
Ahora resulta que porque Desarrollo Social no les ha dado despensas, la autoridad se está robando el dinero, o que si porque Obras Públicas no les ha pavimentado es porque son ladrones también, sin pensar que nunca la autoridad debiera pavimentar o dotar de servicios a una zona ilegal, no apta para convertirse en colonia.
Resulta satisfactorio saber que la autoridad en el estado de Tamaulipas ha ejercido el derecho de todos, la aplicación de la ley en toda su justa dimensión y ha detenido a quienes, a sabiendas que estaban cometiendo un delito, siguieron azuzando a la gente para convertirlos en agitadores a todos.
Nos da gusto ver que se está procurando que todo mundo cumpla con las leyes, que se esté aplicando todo tipo de reglamento existente, y hacemos votos porque las autoridades municipales, estatales y federales no se dejen amedrentar y dejen de enviar a esos “negociadores” que traten de convencer a los infractores de la ley para que entren al orden.
No nos hagamos patos, todos sabemos cuando estamos fuera de la ley, y lo menos que podemos esperar, si deseamos que cambie el país, es respetar las leyes –todas-, y exigir enérgicamente a las autoridades que hagan todo lo que se pueda para que se cumpla, al pie de la letra, la ley, en bien de los tamaulipecos.
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Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *La ley es la ley
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