Ya nos hemos cansado de recordarle al Presidente de la República, al Constitucional, a Felipe Calderón, que el hecho de haber quebrantado la ley no puede llevar a un Estado de Derecho, que la violencia no conduce a la paz sino a más violencia y que el Ejército es un tigre que sacó de su jaula y hasta le quitó la cadena.
Sirva de ejemplo lo que está ocurriendo en Honduras, donde un jefe militar desobedeció a su jefe máximo y lo derrocó pues tenía aquello con lo que no contaba Zelaya ni cuenta Calderón: con las armas.
Los políticos oportunistas de siempre, se sumaron a la causa golpista, y los partidarios de Zelaya se ven muy moderados, por decirlo de una forma suave, pero Calderón, no tiene partidarios ni en el PAN, le han brincado hasta hijos de mediocres caciques de pueblo que se enfrentan a la opinión y a la política de Calderón.
Sirva de ejemplo el caso de Guillermo Zavaleta, Diputado Federal por un pueblo perdido en la Sierra Oaxaqueña que se llama: Santa Catarina Juquila, hijo de un ricachón del pueblo que siempre ha actuado como cacique y a veces como señor feudal dueño de vidas y haciendas.
Ahora desde la tribuna, en conferencias de prensa y en su sitio web http://guillermozavaleta.org/ pregona su soberbia, dictaminando cuál debe ser la política del PAN, y reta al PAN y a Calderón, como se lee en su sitio web:
… el diputado federal panista por Oaxaca, Guillermo Zavaleta Rojas, añadió que, ni el PRI ni sus diputados, mucho menos el gobernador o su partido, pueden censurar la alianza que el PAN pueda llevar a cabo en distintos estados del país. Además, aclaró: “El hecho de ir en coalición (en Oaxaca), es prácticamente un paso obligado para la oposición, toda vez que los partidos que disentimos con el PRI no tenemos la fuerza necesaria para lograr de manera autónoma, o de manera particular, ganar una elección… Como se hacen las cosas en Oaxaca, pues, obligan a la oposición a buscar los mecanismos y a encontrar las soluciones que puedan dar fin a esos casi 80 años de cacicazgo político.”
Como suele decirse coloquialmente: “El burro hablando de orejas”, su padre, del Diputado Zavaleta, su tío y toda su parentela ha vivido en la opulencia en un lugar donde casi el 80% de la población vive en la pobreza extrema, si cabe duda lea lo que dice el INEGI sobre el pueblo de Santa Catarina Juquila, donde el poder lo comparten los Zavaleta sólo con el cura de la famosa parroquia que también es riquísima.
Con un control político así, Calderón no podría con un país dominado por los militares y otros políticos con más presencia y agallas como Salinas de Gortari, Ceballos, los dirigentes del PRI y los auténticos líderes panístas, si no puede con un novel hijito de papá, menos con los líderes políticos que hay en todos los partidos y que se sumarían, muchos de ellos, a la causa castrense en el caso de un golpe militar que no se ve lejos ni parece descabellado.
En Honduras han suprimido las libertades civiles, tienen un Estado de Sitio, se enfrentan a sus vecinos y casi los retan a que les declaren la guerra como podría ocurrir si se atreven a violar la Embajada de Brasil.
Los cariocas tienen armamento y fuerzas armadas muy superiores a las de Honduras y en tres días aplastarían en sangre y fuego a los hondureños, con el apoyo de los países limítrofes, pero Lula desea llevar la fiesta en paz.
Ponga atención Sr. Calderón, usted ya permitió que los soldados restrinjan, limiten y a veces supriman garantías individuales, son súper policías que catean y detienen sin orden, y en las carreteras lo mismo revisan su equipaje que sus documentos de viaje e identidad, invadiendo funciones propias de la Secretaría de Gobernación, de la Aduana y de las Policías Federales: preventiva y AFI.
En este momento, su estilo de gobernar se parece más al de Roberto Micheletti, usurpador golpista y represor, que a un Presidente Democrático y respetuoso de la ley, pero en cualquier momento el tigre que soltó le puede dar un zarpazo y hasta devorarlo. Que tenga usted cuidado, me parece un buen consejo. FIN.
