EL CAIRO.- La supuesta entrada ilegal en el mercado egipcio de hímenes artificiales chinos ha desatado la indignación en los sectores conservadores del país, mayoritarios en el país, que ya han levantado la voz contra “la depravación”.
La cuestión de las membranas artificiales ha llegado al Parlamento, donde el diputado de los Hermanos Musulmanes Farid Ismail denunció la irrupción ilegal de este producto chino que lleva incorporada una carga de tinta roja y promete la recuperación de la virginidad en un minuto.
Para Ismail, la comercialización de este artículo desembocará en la pérdida del honor, la moral, la ética y las costumbres sociales y desatará la depravación de la sociedad.
Los ultraconservadores Hermanos Musulmanes, que ocupan el 20 por ciento de los escaños parlamentarios, han usado también esta cuestión para atacar al ejecutivo al que le han preguntado por el papel que juega el Gobierno en la conservación de los valores y la moral.
En una sociedad tan conservadora como la egipcia, las denuncias de algunos jeques de la respetada institución religiosa de Al Azhar tampoco se ha hecho esperar.
Abdel Moti Bayumi, miembro del Centro de Estudios islámicos de Al Azhar, pidió la aplicación de las penas prescritas en el Corán contra quienes importen o animen a importar los hímenes manufacturados chinos ya que su propagación conduciría, como también apuntó el diputado islamista, a la corrupción moral del pueblo egipcio.
Bayumi se refería a la amputación de miembros, decapitación, lapidación, crucifixión o el azote con látigo, penas que aunque están recogidas en el libro sagrado de los musulmanes, no están contempladas en el código penal egipcio.
Para Bayumi, como para la gran mayoría de los egipcios, la virginidad de una joven es garantía de honradez y moralidad, mientras que el adulterio es uno de los mayores pecados.
Sin embargo, la directora del Centro Egipcio de los Derechos de la Mujer, Nihad Abul Qusman, criticó la polémica que ha suscitado la aparición de los hímenes artificiales y puso el acento en que eran meros rumores fruto de la ociosidad de la prensa egipcia.
“Estas discusiones se producen porque en el país no se discuten los temas políticos que realmente interesan y las discusiones se centran en estas cuestiones”, dijo Qusman a Efe.
La activista por los derechos de la mujer subrayó que aún en el caso de que hubiera llegado al mercado egipcio este producto chino, esto no supondría ningún cambio, ya que ya existen en el país clínicas que practican la reconstrucción del himen.
Para Qusman el problema es más profundo. Según ella habría dos tipos de mujeres que utilizarían este producto, las mujeres víctimas de violaciones, que se ven obligadas a guardar silencio en una sociedad donde se exige a la mujer que llegue virgen al matrimonio, y las prostitutas, que, según ella, tampoco lo necesitan.
El escándalo comenzó a mediados de septiembre, después de que una agencia de noticias siria “Day Press”, informara de que se habían puesto a la venta en Damasco estos dispositivos que prometen la recuperación de la virginidad “sin operaciones, sin inyecciones, sin medicinas y sin efectos secundarios”.
Tras la publicación de esta noticia en Siria, donde los crímenes por adulterio tienen penas reducidas, los rumores llegaron a Egipto, donde, de momento, no se ha confirmado la presencia en el mercado de estas membranas “made in China” para satisfacer al más incrédulo de los maridos.
egc