– Adolescentes abandonan el hogar en busca de amistades y son víctimas de pederastas o tratantes de blancas, alerta la Ministerial
Redacción/EnLíneaDIRECTA
Victoria, Tamaulipas.- Golpeadas por sus madres y a merced de padrastros, un promedio de 20 menores huyen del hogar cada mes; algunas caen con tratantes de blancas en Monterrey o en las garras de ciberdelincuentes, principalmente de Oaxaca, alertó la Policía Ministerial del Estado.
Apenas el pasado viernes por la tarde dos jovencitas de 13 y 12 años de edad con domicilio en la colonia Horacio Terán abandonaron la casa sin permiso.
Esa noche, relataron las entrevistadas, (de quienes se omite el nombre por exigencia legal), empeñaron un anillo por 300 pesos para pernoctar en un hotel de paso ubicado en el centro de la ciudad, donde se hospedan prostitutas y existe el comercio sexual.
“Ahí pasamos la noche, no teníamos a dónde ir, sólo sabíamos que no queríamos regresar a la casa y nos paseábamos por la central de autobuses en las noches”, confesaron
Una de las menores, (abordada ayer en las agencias de la Ministerial) narró que salió de su hogar por la desintegración, los constantes golpes de su madre y el acoso psicológico del padrastro.
No es la primera ocasión que se escapa del hogar la menor de 13 años, aclaró el jefe de Grupo de Localización de Personas de la Procuraduría General de Justicia en el Estado (PGJE), Arnaldo de la Fuente Anaya.
“Son jovencitas que reinciden porque viven en familias desintegradas, se crean sin papá, con padrastro y por lo general sufren violencia de las madres”, explicó.
Puntualizó que en promedio cada mes alrededor de 20 menores huyen de sus hogares por los golpes que sufren y el hostigamiento de los adultos.
“Generalmente buscan amigos, buscan ser escuchados, buscan compañía y en ocasiones terminan mal o en manos de gente sin escrúpulos que las explota”.
Advirtió que durante las investigaciones encuentran a las menores en Monterrey donde son reclutadas por tratantes de blancas para prostituirlas en bares, cantinas y table dance o en la calle.
“Otras consiguen hacer amigos por Internet y se van con ellos, no saben el peligro al que se exponen y del daño que les puede causar gente desconocida”, concluyó.
