El “Parque Jurásico” mexicano

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Alberto Nájar

BBC Mundo

En el desierto de Coahuila, al norte de México, existe un lugar que podría contener la clave del inicio de la vida en el planeta.

Se trata del humedal de Cuatro Ciénegas, un conjunto de entre 200 y 400 pozas de agua que mantiene un sistema alimenticio parecido al que existió hace cientos de millones de años, según descubrieron científicos mexicanos y de otros países.

En el lugar hay microorganismos que descienden de los que había en la prehistoria, le dijo a BBC Mundo Gabriela Olmedo, académica del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav).

“Lo que vemos son bacterias plenamente vivas y adaptadas, que tienen un origen en las que hace millones de años existieron allí, pero no sabemos qué tan iguales o diferentes pueden ser”, explicó.

Las pozas contienen además piedras de estromatolitos, formaciones de bacterias que hubo hace millones de años y que permitieron la formación de oxígeno.

Huellas de la vida

El agua de las pozas de Cuatro Ciénegas proviene de un mar somero que cubría a Coahuila cuando los continentes aún no se habían formado.

Al separarse la tierra de lo que hoy es el Golfo de México, el humedal quedó completamente aislado con organismos vivos, los antecesores de las actuales bacterias.

El sitio quedó prácticamente igual a esa época, es decir, con agua muy pobre en nutrientes y fósforo, fundamental para el desarrollo de seres vivos.

Y a pesar de ello, los microorganismos sobrevivieron y se adaptaron a las nuevas condiciones.

Estudiar el proceso permitirá entender la forma como sobrevivieron las primeras bacterias que iniciaron la creación del planeta como ahora lo conocemos, explicó la investigadora.

“Estas aguas, al ser muy pobres en nutrientes, sólo permiten que haya microbios, y en el origen de la vida eso fue lo que ocurrió. Los primeros organismos que ocuparon el ambiente del planeta fueron microbios”, señaló.

Estos microorganismos fueron capaces de sintetizar el dióxido de carbono y convertirlo en oxígeno, lo cual permitió, millones de años después, la existencia de plantas y después animales.

El mayor enemigo

Por las condiciones de aislamiento en que se encuentran, las pozas de Cuatro Ciénegas han sido comparadas con la Isla Galápagos, donde Charles Darwin encontró elementos para su teoría de la Evolución de las Especies.

Al igual que en la isla, en el humedal hay insectos y microorganismos únicos en el mundo, que sobrevivieron sin tener ningún tipo de contacto externo.

Hasta ahora se han encontrado más de 3.000 tipos distintos de bacterias y al menos 100 diferentes tipos de insectos.

Es un lugar atractivo para los científicos. Desde hace. Por ejemplo, la agencia espacial de Estados Unidos, la NASA, mantiene equipos de astrobiología que estudian cómo era la vida cuando existían sólo bacterias.

De acuerdo con la investigadora del Cinvestav, al estudiar la resistencia de algunos microorganismos a los antibióticos podrían desarrollarse medicamentos para algunas enfermedades.

Sin embargo, las bacterias que sobrevivieron millones de años se enfrentan ahora a un problema muy humano: la extracción de agua para las poblaciones cercanas y los campos agrícolas han empezado a secar algunas pozas, señaló Gabriela Olmedo.

Incluso, una parte del agua que contiene los organismos vinculados directamente a la prehistoria, se utiliza para regar campos de alfalfa.

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