Los motivos que originaron las sangrientas guerras civiles que ocurrieron durante las segundas décadas de los siglos 19 y 20 mexicanos están, agravados tanto en su calidad como por su cantidad, nueva e impetuosamente entre nosotros… Un número de hechos cotidianos, coyunturales y estructurales así lo indican… Los desenlaces de aquellos sucesos antiguos los conocemos, la manera en que resolveremos nuestra actual y muy compleja situación es una incógnita que deberemos despejar a la brevedad con decisión e inteligencia para evitarnos daños y retrocesos mayores… Por ejemplo, la creciente presencia de la Iglesia católica en los asuntos del Estado mediante los compromisos que ésta ha establecido con las dirigencias de los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional, arreglos que se traducen en su creciente activismo político con esa patente de corzo que Felipe, El Pequeño le ha otorgado para perseguir, con afanes, digamos que inquisidores, a quienes considera sus enemigos ya sea por promover las leyes que legalizaron la interrupción del embarazo y los matrimonios entre personas del mismo género en el Distrito Federal o por ser adeptos de otros cultos, es un indicador inquietante, una alucinante advertencia de que la salida a la difícil situación que enfrentamos podría trastocar, irremediablemente, la frágil estabilidad que se mantiene a pesar del cúmulo de errores políticos y económicos cometidos por quienes ocupan El Pinar… En este ataque sistemático al Estado laico también están comprometidos poderes fácticos que van desde los poseedores del duopolio televisivo hasta los grandes evasores de impuestos que mejor representan los intereses del conservadurismo rampante pasando por los cachorros de cristeros y por los barones del crimen organizado, usufructuarios todos de la corrupción y la impunidad propiciadas por una clase política tan cercana a esa constelación de santos capaces de perdonar cualquier pecado a cambio de jugosas limosnas… Como centenas de miles en el pasado, en el presente más de 50 millones de mexicanos tienen una calidad de vida mala, bastante peor que en algunas latitudes africanas y el desencanto, la incertidumbre, el agravio acumulado que padecemos la mayoría de quienes aquí y ahora nos ha tocado vivir son, según algunos expertos en lecturas de Tarot, ingredientes que mezclados con otros que andan por ahí, pueden provocar una implosión capaz de lanzarnos a un hoyo negro… En tanto, para los comentaristas anexados a los poderes fáctico-mediáticos estamos a un tris de que la inconformidad social se materialice en la quema pública, en el linchamiento televisado de políticos incompetentes (mejor si son de izquierda y ateos) mientras que para los analistas, que por ingenuos permanecen desligados de las fuentes de riqueza, es seguro que el malestar trascienda el llamado de las urnas -sea para sufragar o para anular el voto- y termine con miles de enterrados, encarcelados y desterrados bajo los escombros de un golpe de Estado tipo Honduras… Para finalizar estas reflexiones diré que la guerra emprendida desde Los Pinos contra algunas expresiones violentas del crimen organizado ha dejado un secuela de miles ejecuciones, de múltiples violaciones a los derechos humanos y la masiva destrucción del entramado económico que parecen escalarse en una espiral al infinito… El daño institucional provocado por la actual crisis económica, por la actuación de las organizaciones criminales y por los ocurrentes remedios aplicados por las benditas autoridades es mayor al ocasionado a partir de famoso Error de diciembre del 94… En fin…
Apuntes para náufragos/Luis Sergio Miranda *Notas para leer la coyuntura
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