-La Semarnat iniciará en Nuevo Laredo este programa ecológico.
– Claudia Galaviz, directora municipal de Medio Ambiente, mencionó que el proyecto va de acuerdo a la política ambiental del Ayuntamiento.
Para combatir la proliferación del carrizo gigante, en las márgenes del Río Bravo, investigadores de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) emprenderán en esta frontera un proyecto piloto bilateral de control biológico, mediante la “siembra” de una especie de avispa que inhibe el crecimiento de la mencionada planta.
Se trata de un insecto que vive sólo cinco días, cuyos huevecillos se reproducen y crecen en la caña del carrizo, absorbiendo la savia de la planta.
El proyecto fue expuesto en conferencia de prensa en las oficinas de la Comisión Internacional de Límites y Agua (CILA) por la doctora Maricela Martínez Jiménez, jefa del Departamento de Control de Plantas Acuáticas, Exóticas Invasoras del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), quien explicó que el bicho no ataca a los seres humanos ni daña el cultivo de otras plantas y hortalizas.
“Antes de liberar nuestros insectos, debemos comprobar que estén libres de patógenos, mediante pruebas específicas y revisiones sanitarias, que garantizan que no tienen ninguna enfermedad y que se van a reproducir únicamente en la planta huésped”, dijo la especialista.
Mencionó que investigaciones han revelado que en los últimos seis años, el crecimiento del carrizo gigante -clasificado así porque llega a medir hasta 10 metros de altura-, se ha incrementado hasta en 43% en todo el país, reduciendo en 12% el agua en arroyos y presas.
Toda la margen del Río Bravo está considerada como una zona propicia para el experimento, por estar infestada de carrizo que poco a poco está contribuyendo a la falta de agua.
“Tenemos que establecer el acuerdo entre los dos países que vamos a colaborar en un proyecto de interés para ambos, no solamente de lado norteamericano, sino también de lado mexicano”, enfatizó.
Hizo una breve reseña de lo perjudicial que resulta para el ecosistema la proliferación del carrizo, ya que no sólo aumenta los riesgos de incendios en los lugares donde crece, sino que desplaza a otras plantas que sirven de alimentos para la fauna.
El plan para esta frontera es escoger un perímetro de ocho hectáreas en las márgenes del Río (posiblemente a la altura del Club Campestre) para establecer cultivos en los retoños de la planta.
“Tenemos ya 10 años trabajando en el tema, y una vez que ya tuvimos todos los elementos bien medidos, reunimos a las autoridades para decirles, aquí está esta propuesta que ya podemos implementar”, agregó Martínez Jiménez.
Por su parte, Claudia Galaviz, directora de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, quien participó en esta reunión representando al alcalde Ramón Garza Barrios, mencionó que el proyecto estará en fase experimental y va de acuerdo a la política ambiental del Ayuntamiento.
“Es un buen punto de inicio, esperamos que los resultados sean los que se esperan porque lo avalan 10 años de estudio y el hecho de estar certificado por los dos países, nos da una certeza de que seguramente no tendremos ningún problema tanto con las personas ni en el ecosistema de la ciudad”, indicó la funcionaria municipal.
En el evento estuvieron presentes David Negrete Arroyo, representante de la CILA; Salvador Treviño Garza, de la Agencia Ambiental de Tamaulipas; Mario Acosta Montoya, de la PROFEPA; Rubén Rodríguez, de la Agencia Ambiental para el Desarrollo Sustentable de Tamaulipas; Santos Salgado, de la Comisión Nacional Forestal y Miguel Angel Torres, de la delegación de la SEMARNAT.